De un tiempo a esta parte, las barberías y peluquerías de estilo han copado la escena nacional, tanto en las capitales como en las ciudades más pequeñas. Centros comerciales y barrios por igual albergan estos espacios donde los hombres se animan cada vez más a prestar atención a su estética personal.
Y con la pandemia como escenario, el estar en el hogar, “le permitió a muchos jóvenes jugar con los colores y a los más grandes dejarse las canas, animarse a los grises en el pelo”, comenta Ariel Faraón, al frente de un espacio de barbería y estilismo masculino que crece de la mano de un concepto que unifica el bienestar de quienes trabajan en el lugar y de sus clientes: “Enseñamos a dar un buen servicio disfrutando de hacerlo y así compartirlo con los que vienen. Nos enfocamos en generar buena vibra en los salones. Esa es nuestra visión del proyecto y el desafío al mismo tiempo”.
Continuando con lo sucedido durante 2020 y el ASPO, asegura que “ayudó a que la gente se pueda animar a hacer cambios. Los hombres más grandes se están dejando las canas y queda muy natural, canchero, es buenísimo. Animamos a los que aún se hacen color, a que se las dejen. Apoyamos ese cambio que queda canchero”.
Pero no es la única tendencia en estética masculina: “Los estamos llevando al cuidado de las cejas, el perfilado y largo. Se van animando de a poco. Algunos tienen pudor porque desconocen, no saben de qué se trata, pero apostamos al cambio siempre y que los clientes se sientan cómodos”.
¿Y en cuanto a barbas? “Hoy se usan barbas tupidas, cargadas, perfiladas, dibujadas según el rostro del cliente” .