
El resultado de las elecciones en General Pueyrredon deja entrever que el intendente Guillermo Montenegro priorizó una estrategia de marketing político por sobre la gestión concreta. Si bien logró la reelección con el 41,23% de los votos (228.852 votos), el análisis geográfico muestra que solo dominó en 9 de los 29 circuitos electorales, ubicados en el centro de Mar del Plata. Allí obtuvo el 53,96% de los sufragios.
Por el contrario, la candidata opositora Fernanda Raverta, quien realizó una excelente elección. se impuso en 19 circuitos electorales, ubicados mayormente en los barrios de Mar del Plata. Raverta consiguió el 35,96% de los votos (199.079 sufragios) a nivel municipal.
La clave del triunfo de Montenegro parece haber sido una cuidada construcción de su imagen a través de redes sociales y medios afines, apelando al histórico antiperonismo local y a la victimización respecto a una supuesta discriminación a la ciudad por parte del gobierno provincial y nacional. Sin embargo, más allá del éxito comunicacional, desde los barrios se percibe una falta de obras públicas relevantes.
En el centro se asfaltan las calles pero en algunos barrios de de Mar del Plata no. Llovió hace dos dias y asi quedan las calles. Me da tristeza que esta bella ciudad este tan abandonada@munimardelplata pic.twitter.com/GIDQunBbdK
— Karina Levine (@KaryLevine) September 13, 2023
De cara a su nuevo mandato, el desafío para Montenegro será revertir esta desatención de los barrios con políticas inclusivas, para no quedar atrapado en la polarización centro-periferia. También deberá lidiar con un gobierno provincial y nacional de distinto signo partidario.
Queda por ver si el marketing político será suficiente para gestionar efectivamente, o si se impondrá la cruda realidad de los vecinos que votaron pensando más en sus necesidades que en las promesas mediáticas. La pelota está del lado de Montenegro para ejecutar obras concretas, más allá de las formas y los fuegos artificiales comunicacionales.
Triunfo agridulce: Montenegro logra la reelección en Mar del Plata pero pierde a nivel provincial y nacional
El intendente de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, consiguió un triunfo agridulce en las elecciones del domingo 23 de octubre. Si bien logró la reelección con el 41,23% de los votos (228.852 sufragios) a nivel municipal, los candidatos de su espacio político Juntos por el Cambio quedaron relegados tanto en la provincia de Buenos Aires como a nivel presidencial.
Cabe recordar que Montenegro superó por casi 6 puntos a la candidata del Frente de Todos, Fernanda Raverta, quien obtuvo el 35,96% (199.079 votos). Sin embargo, el intendente solo se impuso en 9 de los 29 circuitos electorales de la ciudad, ubicados mayormente en el microcentro de Mar del Plata. Allí cosechó el 53,96% de los votos. En cambio, Raverta se quedó con 19 circuitos del total, en su mayoría correspondientes a barrios periféricos.
Además, si se analizan los resultados a nivel provincial y nacional, el panorama es mucho más adverso para Juntos por el Cambio. En la categoría a gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof del Frente de Todos obtuvo 139.003 votos (36,12%) en Mar del Plata, superando por 9.497 sufragios a Néstor Grindetti de Juntos por el Cambio, quien alcanzó el 33,91% (130.506 votos).
En cuanto a la elección presidencial, Sergio Massa de la coalición Unión por la Patria (UxP) se impuso claramente en Mar del Plata con 140.990 votos (34,6%), seguido por Patricia Bullrich de JxC con 121.725 sufragios (29,88%). Es decir, Massa superó a Bullrich por una diferencia de más de 19 mil votos.
Los números demuestran que, si bien Montenegro consiguió su reelección en el municipio, deberá lidiar con un gobernador un presidente de distinto signo político en los próximos años. Este contexto adversarial sin dudas representará un desafío mayor para su gestión local.
A su vez, el triunfo del peronismo a nivel provincial y nacional contrasta con la victoria ajustada de Montenegro en la ciudad. Esto expone las dificultades de JxC para expandir su apoyo más allá del núcleo duro del centro y determinados sectores de elite locales.
El intendente deberá demostrar capacidad de diálogo y consenso para gestionar en este complejo escenario político. Caso contrario, es probable que en 2025 los votantes evalúen negativamente su mandato, ahogado entre la marea peronista provincial y nacional y la posible extinsión de Juntos por el Cambio. Montenegro tiene por delante la difícil tarea de remontar la ola y lograr gobernabilidad en este contexto adverso. ¿Lo logrará esta vez?
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