Cada vez más desarrollos inmobiliarios incorporan prácticas sostenibles, desafiando la creencia de que son más costosos y promoviendo un futuro más verde
La construcción sustentable está ganando terreno en el sector inmobiliario argentino, donde el 72% de los nuevos proyectos implementan prácticas ecológicas. A medida que aumentan los problemas medioambientales, la demanda de viviendas responsables crece.
La Cámara Argentina de la Construcción reporta que una parte significativa de los proyectos inmobiliarios en el país ha comenzado a adoptar prácticas de construcción sustentable. Este enfoque no solo busca minimizar el impacto ambiental, sino que también potencia el uso eficiente de recursos naturales, contribuyendo a una reducción notable de la huella de carbono.
La arquitecta y especialista en sustentabilidad, Yamila Riva, sostiene que “hablar de construcción sustentable es reconocer la importancia del hábitat y su impacto en el ambiente y la salud”. Su trabajo en el área de sustentabilidad del CTPBA D5, así como su rol educativo en la Tecnicatura en Construcción Sustentable, son pruebas de la creciente conciencia sobre el tema.
El diseño bioclimático se destaca en este contexto, optimizando el uso de recursos naturales como luz solar y viento. Por ejemplo, la correcta orientación de los edificios puede mejorar el confort térmico y reducir la dependencia de sistemas de climatización artificial. Riva enfatiza que “existen muchas iniciativas valiosas en Argentina que aún son poco conocidas, pero que aportan al desarrollo de tecnologías constructivas de bajo impacto”.
A pesar de que muchos edificios en Argentina son considerados ineficientes, se observa un cambio de paradigma. Según el Colegio de Técnicos, “a medida que los costos de mantenimiento aumenten, la arquitectura sustentable dejará de ser una opción para convertirse en una necesidad”. Esta evolución está impulsada por una ciudadanía cada vez más consciente y exigente.
Yamila propone que la arquitectura debe ser vista como una herramienta para mejorar la calidad de vida, sugiriendo acciones concretas como la optimización de la orientación de los edificios, el uso de materiales locales y la incorporación de energías renovables.
La gestión del agua, el aislamiento térmico y el paisajismo sustentable son otras prácticas recomendadas que buscan crear espacios habitables más confortables y respetuosos con el medio ambiente. Además, la promoción de ambientes interiores saludables, con buena ventilación y luz natural, se convierte en un objetivo primordial.
Con el auge de la construcción sustentable, Argentina se encamina hacia un futuro donde la responsabilidad ambiental y la calidad de vida de sus ciudadanos se encuentran en el centro del desarrollo inmobiliario.
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