Mapa social de Mar del Plata: una ciudad fragmentada entre pobreza y riqueza

La Editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata (EUDEM) anuncia el lanzamiento de “El mapa social de Mar del Plata. Una TomoGeografía Computarizada de las desigualdades territoriales contemporáneas”, de Patricia Iris Lucero, doctora en geografía e integrante del Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS). Asimismo, el libro se presentará  en una conferencia que tendrá lugar el 26 de agosto a las 16 horas en la sede de la Agremiación Docente Universitaria Marplatense (ADUM).

La geógrafa reveló detalles sobre cómo fue ese análisis de datos, cuáles fueron sus principales conclusiones y la importancia de exhibir las problemáticas y desigualdades que propicia la actual distribución en el espacio de la ciudad. En ese sentido, expresó: “ Ya no podemos hablar de grandes zonas ricas y zonas pobres: la riqueza y la pobreza se entremezcla en la ciudad y empezamos a hablar de cerramientos, y muros. Es evidente que existió una falta de planificación que ha propiciado la expansión de la periurbanización”.

En el libro, Iris Lucero abordó desde la geografía, y con un enfoque crítico, una interpretación de datos cuantitativos apuntada a los procesos económicos, sociales y culturales que han influido en la expansión urbana y los procesos productivos de la ciudad de Mar del Plata.

 

¿Qué es un mapa social?

El mapa social es una construcción, una elaboración que está mostrando la distribución interna de la ciudad en cuanto a indicadores seleccionados. Estos indicadores, sociales y familiares, tienen que ver con las condiciones de la vivienda, los servicios urbanos esenciales, la educación, la estructura por edades, el hacinamiento entre otras características. Se observa cómo se agrupan y se resuelven en el espacio urbano. Lo que van a encontrar en el mapa social es que hay patrones de diseminación de estos atributos, referidos a los hogares, a las personas y a los barrios como comunidades espaciales.

No hay una dispersión al azar o aleatoria. En general, en la construcción de cualquier territorio urbano, existen patrones de distribución. Existe una historia en la que hay una segregación que se puede ver positiva o negativamente. Lo que se puede encontrar en el mapa social es cuál es esa distribución de estos grupos sociales en el espacio de la ciudad. En este caso estará complementado con otros elementos más, no solamente esta variable del tipo cuantitativo, sino otros elementos más que se van sumando alrededor de la obra y están ahí referenciados.

El mapa social permite conocer qué pasa con nuestros vecinos más cercanos y los habitantes de la ciudad en otros sectores.

Lo interesante de los mapas sociales es que nos permite salir, nos saca de nuestro espacio de vida cotidiano por donde nos movemos y nos permite ver un poco más allá. Podemos conocer qué pasa con nuestros vecinos más cercanos y los habitantes de la ciudad en otros sectores. Tener ese panorama integral de cómo está conformada la ciudad de Mar del Plata, que no es solamente el plano de la ciudad, sino ponerle también las variables sociales a ese plano y conocer a otros habitantes, donde están localizados y con eso poder ver sus problemáticas.

 

¿Por qué se habla de tomogeografía?

Solamente para la segunda parte, en el título se indica “una tomogeografía de las desigualdades”. El centro de atención de la geografía y la geografía social, que es la vigente en los últimos años con mucha fuerza, es el estudio de las desigualdades sociales y cómo se manifiestan en el territorio. La idea tiene que ver con estas imágenes a las que estamos acostumbrados los que hacemos este estudio, que tiene que ver con las cuestiones informativas. El trabajo realizado para construir este mapa está basado en las tecnologías de información geográfica. En los resultados, las imágenes que tenemos de la ciudad, que son abstracciones, nos indican esas zonas que son consideradas barrios de relativo bienestar y aquellos de relativo malestar. Se convierte en un diagnóstico propio de la ciudad, de aquellos espacios que deberíamos sanar para mejorar la situación de la población.

 

¿Cómo se obtuvieron los datos analizados en el libro?

Hay dos fuentes fundamentales. Las fuentes dentro del análisis numérico para el caso de nuestros estudios geográficos territoriales, son fundamentales. Utilicé principalmente las fuentes de los censos, porque son relevamientos exhaustivos en el territorio y podemos hacer discriminaciones hacia el interior de Mar del Plata. En cambio la encuesta permanente de hogares, que es continua y que tiene información para cada semestre, se reduce a un solo valor para toda la ciudad y no era ese el objetivo de este mapa social, sino ver que pasa internamente. Los censos empleados con más énfasis son los de 1991, 2001 y 2010 y por supuesto estoy a la espera de los datos del censo 2022. Seguramente mostrarán tendencias muy significativas, que rompen un poco con las estructuras históricas que venimos observando. Los modelos urbanos marcan una polarización de una ciudad pobre y desde la década del 70 se habla de una ciudad fragmentada entre pobreza y riqueza, con todas las consecuencias que trae para la realidad cotidiana.

 

¿Cómo se llegó a esa “ciudad fragmentada” entre pobreza y riqueza?

La industrialización fue el leitmotiv, desde 1920 hasta 1970 en la construcción de las ciudades. En latinoamérica, ese proceso  industrial trajo muchas migraciones internas y el crecimiento urbano fue muy exponencial. Esto generó una polarización entre sectores ricos y pobres. Lo qué sucedió posteriormente a 1970, fue el avance de un sistema capitalista que se manifestó en un modelo de acumulación. Este modelo requiere de nuevas formas de especulación o inversión para continuar con esa acumulación del capital y una de las formas más redituables que encontró fue la inversión en la construcción del espacio urbano, que es una mercadería que se está valorizando permanentemente. Estas nuevas formas de construcción han generado que las empresas empiecen a fomentar emprendimientos más de enclave, que se introducen e invaden a las antiguas estructuras polarizadas y complejizan el escenario. Ya no podemos hablar de grandes zonas ricas y zonas pobres: la riqueza y la pobreza se entremezcla en la ciudad y empezamos a hablar de cerramientos, muros, y otras cuestiones.

Ya no podemos hablar de grandes zonas ricas y zonas pobres: la riqueza y la pobreza se entremezcla en la ciudad y empezamos a hablar de cerramientos, muros, y otras cuestiones.

Asimismo, es evidente que existió una falta de planificación que ha propiciado la expansión de lo que se llama la periurbanización, más allá de los límites del ejido. No solo el ejido urbano, sino más allá de lo que en algún momento era una periferia o parte suburbana. Hablamos de una periurbanización muy extendida, tanto por sectores de clase baja o marginales como sectores de clase alta, como estos sectores de barrios cerrados.

 

¿En qué zonas de Mar del Plata podemos encontrar esta fragmentación de forma mas evidente? 

La zona sur es paradigmática porque tiene una heterogeneidad territorial asombrosa, que va desde la presencia del basural a la de los barrios cerrados, pasando por un montón de asentamientos precarios. Tiene múltiples usos combinados en espacios muy pequeños, lo que da una micro geografía de la ciudad en ese sector. Es un área muy interesante como laboratorio para poder mostrar lo que está pasando en las ciudades en estos últimos tiempos.

La zona sur es paradigmática porque tiene una heterogeneidad territorial asombrosa, da una micro geografía de la ciudad en ese sector.

Todo esto está en un contexto donde la periurbanización está muy presente, pero ya no en una forma de aceite, como ocurría en otra época, sino con una combinación de formas constructivas, es decir construcción de alta gama combinada con formas sumamente precarias de construcción. También está el tema de la suburbanización de las élites, de los barrios cerrados, que también están haciendo esta suburbanización de sus lugares de residencia en función de las vías de circulación.

Otro fenómeno que se observa es la asignación de un valor súper agregado a territorios dejados de lado en los centros históricos de las ciudades. Los centros comerciales se ponen en valor por cuestiones de patrimonio histórico y cultural y se produce una concentración de población en lo que en la otra etapa había quedado más vacío. Las clases altas que se habían retirado del centro histórico ahora están volviendo en un proceso de centrificación.

Por otro lado, las industrias están desapareciendo del centro consolidado de la ciudad y se van a un parque industrial. Esta es una de las formas nuevas que tiene esta ciudad fragmentada, que necesita tener más espacio a disposición para otro tipo de actividades como son las residenciales y las comerciales.  Nuestro centro, que empezó como un enclave saladeril, ahora se transforma en un centro de negocios y aparecen otros centros comerciales, otras centralidades que abastecen a los barrios que están creciendo, tanto en el macrocentro como en ese periurbano más allá de lo que antiguamente conocíamos como ciudad.

 

Fuente: Portal Universidad