La evolución arquitectónica de Mar del Plata: un reflejo de su historia.
La arquitectura de Mar del Plata es un reflejo de su historia. Desde las mansiones del siglo XIX hasta los chalets de la década de 1930, y desde los hoteles hasta los edificios entre medianeras a partir de 1948, cada cambio arquitectónico muestra las huellas de los diferentes procesos económicos y sociales que la ciudad ha experimentado a lo largo de sus 150 años de existencia.
El historiador Víctor Pegoraro, doctor en historia e investigador del Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata y del Conicet, ha estudiado durante años las características de cada periodo constructivo y la configuración del «mercado inmobiliario del ocio». En su reciente libro «Mar del Plata vertical. Piqueta, construcción y progreso», profundiza en este tema.
Según Pegoraro, se pueden identificar tres ciclos arquitectónicos en la ciudad. El primero es el del pintoresquismo, que abarca desde finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX. A partir de 1930, se inicia el ciclo moderno, caracterizado por chalets de una o dos plantas, hoteles y casas de renta. En 1948, con la sanción de la Ley de Propiedad horizontal, comienza la modernidad, marcada por líneas rectas y un uso racional del espacio. Finalmente, a fines del siglo XX, surge la posmodernidad.
Estos estilos arquitectónicos reflejan los cambios sociales, culturales y económicos que ha experimentado Mar del Plata a lo largo de su historia. La ciudad siempre ha sido una combinación entre la permanencia de sus habitantes y la llegada de turistas. La construcción de viviendas y hoteles ha estado estrechamente ligada a la demanda de turistas, especialmente de Buenos Aires.
Los cambios en los medios de transporte también han influenciado la arquitectura de la ciudad. La llegada del tren a fines del siglo XIX, la popularización del automóvil en los años 30 y la pavimentación de la ruta 2 han permitido el acceso de una clase media más amplia a Mar del Plata y han impulsado el crecimiento del mercado inmobiliario del ocio.
El cambio más significativo ocurrió en 1948, cuando una reforma del Código Civil permitió la propiedad horizontal y la venta de unidades independientes. Esto abarató los costos de vivienda y construcción, y desató un boom de la construcción que duró hasta el final de la dictadura. A partir de ese momento, se produjo un cambio radical en el paisaje arquitectónico de la ciudad, con la construcción de edificios de departamentos entre medianeras. Esta tendencia continúa hasta la actualidad, con la construcción de torres que no tienen medianeras y que están destinadas a un público no marplatense.
Sin embargo, esta transformación también ha generado desigualdades en el acceso a la vivienda y ha dejado muchos departamentos vacíos durante el invierno. A pesar de los cambios, Mar del Plata no ha logrado desarrollar una política de preservación patrimonial y defensa de su historia.
La arquitectura de Mar del Plata es un testimonio vivo de su historia y refleja los cambios económicos, sociales y culturales que ha experimentado a lo largo de los años. Desde las mansiones hasta los edificios modernos, cada construcción cuenta una parte de la historia de esta ciudad turística. (Télam)