Felipe Pigna: «Un concepto propio de un alumno es lo mejor para un docente»

El jueves 4 de abril, el historiador Felipe Pigna visitó el Colegio IDRA para hablar con alumnos, docentes y comunidad de la escuela, de sus recientes libros «Mujeres insolentes de la historia 1 & 2», además de repasar anécdotas sobre personajes argentinos y profundizar sobre el valor de la historia en la construcción del presente.

Por la mañana, alumnos de nivel primario y de primer año de secundaria realizaron una entrevista colectiva al autor, invitándolo a repasar hechos y perspectivas desde la colonización en adelante, y a detenerse en el rol de las mujeres en cada época.
Es así como, con su particular forma de contar, relató cómo se fue conectando con las historias de las 58 mujeres que protagonizan sus libros, «insolentes, heroínas, reconocidas u olvidadas» como Manuelita Rosas, Juana Azurduy, Encarnación Ezcurra, Juana Manuela Gorriti, Julieta Lanteri y Alfonsina Storni, y muchas otras. Al consultarle por el título de la publicación explicó: «Insolente es una palabra que escuché mucho en la infancia, como cuando te decían, ´no sea insolente´. Y siempre me gustó y me pareció una invitación a ser más insolente. La palabra era muy usada por los conquistadores españoles para descalificar a las mujeres originarias que se negaban a aceptar el nuevo orden impuesto por unos reyes lejanos y ajenos».

Cuando los alumnos le preguntaron por sus próceres favoritos, Felipe eligió detenerse en un concepto necesario e inusual: la empatía. Destacó entonces a aquellos patriotas que ponían en el centro de sus preocupaciones y actividades al otro. Personas que en su hacer buscaban la felicidad de su pueblo por sobre la personal.

Por la tarde, una multitud se congregó pese a la lluvia para escucharlo. En una conversación que recopiló preguntas de la audiencia en la voz de la moderadora, Ana Mateos (vicedirectora de Nivel Primario del Colegio IDRA) profundizó aún más en historias de mujeres que fueron por delante de su tiempo.
«A la mujer todo le cuesta más en una sociedad machista. Tiene que demostrar muchas cosas que en el varón se dan por supuestas. Así que por eso es tan loable la tarea de estas queridas mujeres. La insolencia tiene que ver con la falta de temor al poder. Y las mujeres del libro representan a muchas que son anónimas. Fue muy difícil recopilar datos y material, porque sabemos que la historia fue escrita por hombres», explicó.

Asimismo, además de resaltar vivencias de Victoria Ocampo («incorrecta, muy rebelde. La primera en fumar en público y en conducir. Que se enamoró en su luna de miel, pero no de su marido y dedicó gran parte de su gran fortuna a un proyecto literario muy caro y ambicioso como fue la Revista Sur»); Juana Manso («luchadora, docente -armó junto a Domingo Sarmiento el proyecto de la Escuela de Ambos Sexos N°1, la primera escuela mixta del país-, fue pionera del periodismo y hablaba de la emancipación de la mujer»), y Cecilia Grierson («la primera médica de nuestro país, fue un símbolo de lucha y de entrega, una mujer que en pleno siglo XIX supo convertir obstáculos en desafíos, y labrarse un destino muy diferente al que la sociedad de entonces le tenía reservado»); adelantó a quiénes incluiría en una tercera edición del libro.
«Las enfermeras de Malvinas. Siempre mencionadas en un segundo plano. No tuvieron resonancia en los medios. Absolutamente silenciadas por su condición de mujeres y fundamentales para curar a nuestro héroes. Venían los chicos heridos de las islas. Los curaron, los contuvieron, con sus recursos limitados», relató sobre quienes serían «candidatas muy firmes a una tercera edición de la colección».

A partir de una interesante pregunta del público, referida a la dificultad de enseñar o transmitir de manera imparcial la historia, Felipe reflexionó sobre el rol de los historiadores. «Toda historia es política, necesariamente. Entonces pretender ser imparcial es imposible, ¡desconfíen de quien diga serlo! Lo central, según creo, es tratar de ser honesto e incluir todas las perspectivas y hechos de cada periodo, sin dejar algunos afuera ni querer destacar alguno sobre otros. La honestidad, el profesionalismo, y la diversidad de fuentes y miradas, eso sí es algo que podemos pedir a los historiadores. Y como lectores, complementar lecturas de distintas fuentes y perspectivas para poder formar una mirada propia»

«La educación necesita tener un componente más insolente»

En ambas conversaciones Pigna también se detuvo para valorar el saber de los chicos, su curiosidad y creatividad siempre viva. Al respecto, invitó al público a abandonar la idea de que lo «infantil» es algo descalificativo. «Los chicos tienen un interés, y sabiduría que es enorme. Y por eso es de ignorante decir que es un argumento infantil, desvalorizándolo. Es muy interesante empezar a correr este término como descalificativo, porque suelen ser muy sólidos los chicos. Hacen muy buenas preguntas. Uno de los errores que cometió la escuela durante siglos es asumir que los chicos van solamente a aprender, siendo que ellos nos enseñan constantemente». resaltó.
Como docente invitó a los colegas de la sala a incorporar en la enseñanza un componente «insolente», en el sentido de enseñar a los chicos centrándose más en el cómo, en lo técnico y en el hacer más que en el qué (datos, contenidos). «El rol del docente no es lograr que el alumno repita los conceptos. Uno de los momentos más satisfactorios como profesor es cuando uno descubre que un alumno está elaborando un concepto propio».

@mperezpelaez