El panorama económico para las pequeñas y medianas empresas (pymes) en Argentina se oscurece cada vez más, según revela el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Las ventas minoristas experimentaron una caída del 15,7% en julio comparado con el mismo mes del año anterior, a precios constantes, profundizando una tendencia negativa que acumula un declive del 17% en los primeros siete meses del año. Este desalentador escenario se agrava aún más al considerar que, en la comparación mensual desestacionalizada, las ventas se retrajeron un 1,6% adicional.
El estudio, basado en un relevamiento entre 1.276 comercios minoristas del país realizado los días 1 y 2 de agosto, pinta un cuadro sombrío para todos los sectores comerciales, sin excepción. Sin embargo, algunos rubros se han visto más afectados que otros, revelando las áreas más vulnerables de la economía doméstica argentina.
El sector más golpeado fue el de perfumerías, con una estrepitosa caída del 32,6% en sus ventas anuales. Los comerciantes de este rubro reportan una paralización casi total de la actividad, con muy pocos clientes siquiera consultando precios. Los productos más afectados han sido los perfumes y fragancias, que prácticamente no han tenido salida. También se ha notado una marcada disminución en la venta de cosméticos y maquillaje de marcas premium, incluyendo bases, sombras de ojos, labiales, sueros faciales, lociones corporales y tratamientos capilares.
Siguiendo de cerca, el sector farmacéutico experimentó un descenso del 26,4% en sus ventas anuales. Este rubro, tradicionalmente más resistente a las fluctuaciones económicas debido a la naturaleza esencial de muchos de sus productos, no ha podido escapar a la tendencia general. Las farmacias consultadas coinciden en que se ha resentido notablemente la venta de suplementos y vitaminas no esenciales. También se ha observado una disminución en la compra de medicamentos de venta libre para afecciones menores, como analgésicos de laboratorios caros y remedios para el resfriado de marcas premium. Además, otros artículos y accesorios que se comercializan en estos espacios, como termómetros digitales, nebulizadores y humidificadores, han visto una caída significativa en su demanda.
El rubro de alimentos y bebidas, fundamental en la canasta básica, no ha quedado exento de esta crisis, registrando una caída del 20,9% en julio. Este sector acumula un descenso del 21,7% en los primeros siete meses del año. El subsector de bebidas fue el más afectado, con ventas que se desplomaron dramáticamente. Los consumidores han adoptado estrategias de ahorro, aprovechando ofertas en mayoristas, optando por segundas y terceras marcas, o adaptando sus comidas a platos más económicos y rendidores. En el rubro de carnes, se observó una merma fuerte en todas las variedades (bovina, porcina y aviar). Por otro lado, productos como fideos, arroz y polenta han ganado popularidad como opciones más asequibles.
Otros sectores también han sufrido caídas significativas. El rubro de bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles experimentó un declive del 16,1% en julio, acumulando una caída del 17,5% en lo que va del año. Los consumidores consideran prescindibles la mayoría de estos productos, concentrando sus compras en artículos de blanquería y pequeños productos de bazar, mientras que las mueblerías y locales de decoración han visto una demanda muy escasa.
El sector de calzado y marroquinería registró un descenso del 8,8% anual, acumulando una caída del 11,6% en lo que va del año. Los productos más afectados fueron aquellos considerados no esenciales o de lujo, como zapatos de alta gama, de diseño exclusivo y de moda. En contraste, el calzado más práctico y necesario, como los zapatos escolares, de trabajo y deportivos básicos, mantuvo una demanda más estable.
La industria textil e indumentaria, aunque mostró una caída menor del 3,8% en julio, no escapa a la tendencia general, a pesar de acumular un incremento del 3,7% en los primeros siete meses del año. Las liquidaciones masivas y la estabilidad de precios no fueron suficientes para estimular las ventas. Los comercios que ofrecen pagos con tarjeta concentraron hasta el 90% de sus operaciones en este medio, mientras que las mayores ofertas se dieron en ventas en efectivo debido a la necesidad de liquidez.
El sector de ferretería, materiales eléctricos y materiales de construcción vio sus ventas disminuir un 11,1% en julio, acumulando una caída del 19,1% en los primeros siete meses del año. Este sector se mantiene principalmente gracias a pequeñas obras, reparaciones y algunos cambios de electrodomésticos, con una notable venta de lámparas de bajo consumo.
Ante este escenario, los comerciantes señalan la falta de ventas como el principal obstáculo que enfrentan sus negocios, seguido por los altos costos de producción. Como respuesta a estos desafíos, muchos han tenido que implementar medidas de supervivencia: el 34,3% de los encuestados redujo gastos operativos en los últimos 6 meses, el 31,8% diversificó sus productos y el 10,5% tuvo que disminuir la cantidad de horas laborales.
Los comerciantes consultados por CAME proponen varias medidas que el gobierno podría implementar para ayudar al sector. El 51% considera que una reducción de impuestos sería la medida más efectiva, mientras que el 15,5% aboga por una disminución de las tasas municipales. Otro 13,1% cree que estimular la demanda interna sería clave para reactivar el consumo.
NMDQ – Imágen ilisutrativa Meta AI