
Foto: Twitter @gmontenegro_ok
Un inexcusable error en la gestión del intendente Guillermo Montenegro generó un verdadero terremoto comunicacional y demostró que la sociedad está violenta e intolerante.
Mar del Plata, 26 de agosto de 2023. En los últimos tiempos, hemos sido testigos de cómo la política puede transformarse en un campo donde la racionalidad y la objetividad quedan relegadas a un segundo plano. En un fenómeno preocupante, algunos individuos han comenzado a seguir a líderes políticos sin cuestionar sus acciones, convirtiendo la política en una especie de secta mesiánica o incluso en un peligro cierto para la sociedad argentina.
En un lamentable error de planificación por parte del municipio de Mar del Plata, la delegación local quedó eliminada esta semana de los Juegos Bonaerenses debido a una confusión en la fecha del evento. Aproximadamente 40 personas, incluyendo jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad, se vieron privadas de la oportunidad de competir en disciplinas como el folclore juvenil, malambo, parejas de baile con discapacidad y pintura. La Secretaría de Cultura del municipio programó incorrectamente la fecha de viaje de la delegación, lo cual resultó en que el transporte fuera contratado para un día después de la competencia. Esta desafortunada situación ha generado consternación y demandas de respuestas por parte de las familias de los competidores y la comunidad deportiva y cultural de Mar del Plata. La falta de coordinación y atención por parte de las autoridades municipales ha dejado en evidencia una grave negligencia que ha afectado directamente a la comunidad deportiva y cultural de la ciudad.
La nota sobre el error del municipio de Mar del Plata en la programación de la fecha de los Juegos Bonaerenses publicada por nuestro medio (ver nota) ha tenido un impacto significativo en la comunidad. Con un alcance de 180,000 lecturas, se ha convertido en una de las notas más leídas en la historia de NoticiasMDQ, generando una gran cantidad de comentarios y reacciones por parte de los usuarios en redes sociales. La noticia ha despertado la indignación y la preocupación de la gente, quienes han expresado su frustración ante la negligencia de las autoridades municipales y han compartido sus opiniones sobre la importancia de una gestión más rigurosa en eventos deportivos y culturales de esta magnitud. Los comentarios en su mayoría reflejan la solidaridad hacia los deportistas afectados y la exigencia de medidas para evitar que situaciones similares vuelvan a ocurrir en el futuro. No obstante, muchos defensores de la gestión de Guillermo Montenegro profirieron insultos hacia un medio que simplemente reflejó un grave error por parte de la municipalidad.
Es preocupante observar cómo los defensores de Guillermo Montenegro siempre encuentran una excusa para justificar cualquier situación adversa. En primer lugar, durante la pandemia, se argumentó que las dificultades en la gestión se debieron a las circunstancias imprevistas y desafiantes que enfrentaba la ciudad. Luego, se culpó al gobernador de la provincia de Buenos Aires por la falta de obras en Mar del Plata, a pesar de que el presupuesto municipal estaba siendo subejecutado. Y ahora, en el caso del inexcusable error en los Juegos Bonaerenses, se recurrió a teorías de conspiración y se insinuó un posible complot contra el intendente. Lo preocupante es que estas justificaciones han sido acompañadas de una reacción descalificativa hacia nuestro medio, incluso llegando a utilizar insultos irreproducibles y amenazas, lo cual demuestra una falta de respeto y una actitud hostil que no contribuye a un diálogo constructivo ni a la búsqueda de soluciones.
La situación actual en Mar del Plata presenta desafíos en varios aspectos clave para la calidad de vida de sus habitantes. La ciudad se enfrenta a problemas de limpieza, con deficiencias en la recolección de residuos y el mantenimiento de espacios públicos. La seguridad también es motivo de preocupación, con la necesidad de contar con fuerzas policiales efectivas y estrategias de prevención del delito. Además, se observa una falta de cumplimiento de los requerimientos mínimos que un municipio debe llevar adelante para asegurar el bienestar de sus ciudadanos. La gestión municipal es, al menos, mediocre.
Es preocupante observar que el intendente se presente como una celebridad en las redes sociales, centrado en recorridas de inauguraciones y gestos simbólicos como acariciar perritos, mientras sus seguidores o acólitos ejercen una ira desmesurada contra un medio de comunicación por la publicación de una simple nota. Esta situación plantea interrogantes sobre las prioridades y el enfoque de la gestión municipal. En lugar de abordar las preocupaciones legítimas de los ciudadanos y buscar soluciones para los problemas reales que enfrenta Mar del Plata, se enfoca en una imagen superficial y en acciones que, aunque pueden generar simpatía, no resuelven los problemas fundamentales de la ciudad. Es importante que los líderes municipales se centren en escuchar y responder a las necesidades de la comunidad, en lugar de distraerse con una imagen mediática que no refleje una gestión efectiva y comprometida.
🪙🤩Si hablamos de innovación, tenemos que hablar de Theos Café, Bar & Crypto. Hernán y Beto, dos marplatenses que aman la ciudad, me invitaron a conocer este emprendimiento que viene a revolucionar la gastronomía local con una propuesta a la que no le falta nada. pic.twitter.com/upm23j9mDi
— Guillermo Montenegro (@gmontenegro_ok) March 6, 2022
Hace un par de años los chicos de Lucciano’s eligieron dar un paso más y arrancaron a construir una de las plantas de helado artesanal más modernas del mundo en nuestro Parque Industrial.
Hoy la innovación dice presente en esta fábrica y en cada uno de sus productos, que… pic.twitter.com/KRjD07tC9H
— Guillermo Montenegro (@gmontenegro_ok) August 9, 2023
Esta transformación de la política en una especie de religión tiene graves implicancias para la democracia y el bienestar de la sociedad en su conjunto. La falta de escrutinio crítico y la obediencia incondicional a un líder político pueden llevar a la erosión de los mecanismos de control y equilibrio que son fundamentales en una sociedad democrática.
Además, cuando la política se convierte en un acto de fe, se corre el riesgo de que las decisiones se tomen sin considerar las evidencias, la experiencia o incluso la ética. La racionalidad y el análisis objetivo se ven desplazados por la necesidad de mantener la coherencia con las creencias políticas adoptadas. Se justifica lo injustificable en aras de la fidelidad al líder y a la ideología, sin importar las consecuencias negativas que esto pueda acarrear.
Es necesario recordar que la política debe estar basada en el debate racional, la búsqueda del bienestar común y el respeto a los derechos y libertades individuales. Debemos fomentar una cultura política que promueva la responsabilidad, la transparencia y la rendición de cuentas de los líderes, en lugar de convertirnos en seguidores acríticos.
Psicológicamente, este fenómeno puede estar impulsado por la necesidad humana de pertenencia y seguridad, donde la adhesión a un líder político o a una ideología proporciona un sentido de identidad grupal y la ilusión de certeza en un mundo complejo y cambiante. Además, la influencia de sesgos cognitivos como el pensamiento grupal y la disonancia cognitiva también pueden desempeñar un papel importante al reforzar la adhesión a creencias políticas y justificar acciones que de otro modo serían consideradas injustificables.
Los fanáticos seguidores, esta vez de Guillermo Montenegro, han demostrado una preocupante actitud violenta y una falta de tolerancia ante la crítica, insultando y atacando a nuestro medio periodístico por exponer un grave error en la gestión municipal. Es necesario promover un ambiente de diálogo respetuoso y fomentar el espíritu crítico como base de una sociedad democrática y pluralista. Nuestro medio no tiene intencionalidad partidaria o política, mas allá de mostrar lo que sucede en nuestra ciudad, país y el mundo y pretender que quienes nos gobiernan no sean unos auténticos ineptos.
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