El panorama actual del fútbol argentino está marcado por una tendencia clara: los clubes están saliendo activamente a buscar capitales privados, y lo están haciendo de formas diversas e innovadoras. Esta búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento responde a una realidad innegable: el modelo tradicional de gestión de los clubes argentinos ya no es suficiente para competir en un escenario global cada vez más exigente y profesionalizado.
Un ejemplo paradigmático de esta nueva tendencia es River Plate, uno de los clubes más emblemáticos del país. En un movimiento audaz y sin precedentes, el club millonario ha decidido incursionar en el mercado de valores. Para el 7 de octubre de 2024, River tiene programada la emisión de un fideicomiso financiero que busca recaudar el equivalente a 16,607,294 UVAs, una suma que se traduce en miles de millones de pesos argentinos.
Esta estrategia no solo representa una forma innovadora de obtener financiamiento, sino que también marca un antes y un después en la manera en que los clubes argentinos se relacionan con el mercado financiero. River está ofreciendo a los inversores la oportunidad de comprar una parte de sus ingresos futuros, respaldando esta emisión con garantías que incluyen derechos de nombre, ingresos del programa de socios y venta de plateas.
Por otro lado, Estudiantes de La Plata está explorando un camino diferente pero igualmente revolucionario. El club se encuentra en las etapas finales de negociación con un grupo inversor liderado por Foster Gillett, un empresario estadounidense con experiencia en el fútbol europeo. La propuesta sobre la mesa es una inversión de 100 millones de dólares, un monto que promete transformar no solo la infraestructura del club, sino también su capacidad competitiva en el mercado de fichajes.
Este acercamiento a inversores extranjeros refleja una apertura sin precedentes en el fútbol argentino, tradicionalmente receloso de la influencia externa. La potencial inyección de capital en Estudiantes no solo beneficiaría al club de La Plata, sino que también podría establecer un nuevo estándar para futuras inversiones en el fútbol argentino.
Las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en Argentina están en un proceso de transformación impulsado por el gobierno de Javier Milei y la diputada Juliana Santillán. A través de un Decreto de Necesidad y Urgencia, se ha modificado la Ley del Deporte para establecer un marco legal que permite a los clubes optar por convertirse en SAD. Esta decisión se tomará de manera democrática, y los clubes tendrán un año para adaptar sus estatutos a la nueva normativa.
Santillán, ha emergido como una figura central en la revolución silenciosa que está experimentando el fútbol argentino. Su trabajo se ha enfocado en la investigación y promoción de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), un modelo que promete modernizar la gestión de los clubes sin perder de vista su esencia social y deportiva.
La legisladora de La Libertad Avanza ha sido instrumental en la modificación de la Ley del Deporte (20.685) a través del DNU 70/23, estableciendo un marco legal que permite a los clubes optar por convertirse en SAD. Su visión va más allá de un simple cambio administrativo; busca una transformación integral que permita a los clubes argentinos competir en igualdad de condiciones en el escenario global.
«Estamos ante una oportunidad histórica», afirmó recientemente la diputada. «No se trata solo de cambiar estructuras, sino de crear un ecosistema donde nuestros clubes puedan crecer y prosperar sin perder su identidad».
La labor de Juliana Santillán no ha estado exenta de desafíos. La oposición de la AFA y los amparos judiciales presentados reflejan las tensiones inherentes a un cambio de esta magnitud. Sin embargo, la diputada ha demostrado una habilidad notable para navegar estas aguas turbulentas, manteniendo un diálogo abierto con todas las partes involucradas y defendiendo la necesidad de modernización.
En el ámbito privado Guillermo Tofoni emerge como una figura clave en la conexión entre el fútbol argentino y los inversores internacionales. Como representante de Foster Gillett en Argentina, el empresario ha sido fundamental en las negociaciones con Estudiantes de La Plata, pero su influencia se extiende mucho más allá de este caso particular.
El empresario entiende que el futuro del fútbol argentino depende de su capacidad para atraer inversiones significativas y sostenibles. «Lo que buscamos son obras para toda la vida», explica, enfatizando la importancia de una visión a largo plazo. Su experiencia en el mundo de los negocios deportivos le permite actuar como un traductor cultural, explicando las particularidades del fútbol argentino a los inversores extranjeros y, al mismo tiempo, ayudando a los clubes locales a entender las expectativas y estándares internacionales.
Su trabajo va en la dirección de ayudar a los clubes a reimaginar su futuro, planteando proyectos ambiciosos que incluyen la modernización de infraestructuras, la mejora de las categorías juveniles y la creación de nuevas fuentes de ingresos. Su visión de un fútbol argentino globalizado pero fiel a sus raíces está resonando en los pasillos de los clubes más tradicionales.
El cambio de aire en el fútbol argentino es palpable. Desde las innovadoras estrategias financieras de River Plate hasta las negociaciones de alto perfil de Estudiantes de La Plata, pasando por el trabajo de fondo de figuras como Santillán y Tofoni, el panorama está en pleno cambio.
El éxito de esta transformación dependerá de la capacidad de todos los actores involucrados para encontrar un equilibrio entre la necesaria modernización y el respeto a la rica historia y cultura del fútbol argentino. El desafío es grande, pero las oportunidades son aún mayores.
A pesar de la oposición de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que defiende el modelo tradicional, hay indicios positivos, como el interés internacional y el apoyo de clubes con dificultades financieras. Santillán sigue trabajando para perfeccionar este modelo, que busca no solo modernizar el fútbol argentino, sino también garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
NMDQ – Foto ilustrativa inicio de la nota, X: @afa_play