A 1 año del crimen de Karina Fragoso, su familia no sabe qué paso y pide que avance la investigación

Familiares de Karina Fragoso, la mujer asesinada de un tiro en la cabeza en plena calle en Mar del Plata, en un hecho que fue captado por cámaras de seguridad privada en septiembre de 2019, exigieron hoy que avance la investigación que no tiene detenidos y que el caso «no quede solo como un dato estadístico», al cumplirse un año del crimen.

María Eugenia Fragoso, hermana de la víctima, aseguró que la familia aun tiene la esperanza de que surja algún elemento o testimonio que permita avanzar en la investigación del homicidio, ocurrido en el barrio Bernardino Rivadavia, en la zona oeste de la localidad balnearia.

«Necesitamos saber qué pasó, necesitamos respuestas y que quien lo hizo lo pague», dijo a Télam y aseguró que «todas las fechas son difíciles, pero estos días son mucho más duros, y la familia ni siquiera puede estar junta o ir a llevar flores al cementerio, por la pandemia».

El crimen de Karina Fragoso, de 50 años, se produjo en la noche del jueves 5 de septiembre de 2019, cuando caminaba hacia la casa de su pareja tras haber bajado de un colectivo y recibió un tiro en la cabeza que le produjo la muerte.

Tal como registraron cámaras de seguridad de viviendas vecinas, la mujer fue atacada en México y Garay, y quedó tendida sobre la calle, mientras el homicida escapaba.

Al ser hallada inconsciente por un vecino, se estableció que la víctima presentaba una lesión en la nuca y aunque inicialmente se creyó que era un golpe, la mujer fue trasladada a un hospital donde finalmente murió. La autopsia determinó que se trataba de un impacto de bala realizado a corta distancia.

Si bien la primera hipótesis apuntó hacia un crimen por encargo o un homicidio vinculado con algún conflicto personal, debido a que la víctima tenía todas sus pertenencias, esa línea de investigación perdió fuerza con el correr del los días y la causa se orientó hacia un intento de robo.

Nueve días después del homicidio, la Unidad Funcional de Instrucción 7, a cargo del fiscal Leandro Arévalo, dispuso la detención de una joven sospechosa, a partir de una serie de pruebas obtenidas por la Delegación Departamental de Investigaciones y la Jefatura Departamental, especialmente en base elementos aportados por testigos de identidad reservada.

La detenida fue identificada como Eugenia Natividad Argañaraz (27), quien fue acusada de ser la autora material del hecho.

Dos días más tarde, fue imputada por «encubrimiento agravado» la pareja de Argañaraz, Valeria Soledad Álvarez (27), quien también quedó detenida, ya que la fiscalía consideró que había aportado «información falsa» a la causa «con el fin de desviar la investigación».

Aunque ambas continúan imputadas por el crimen y forman parte de la principal línea de investigación, recuperaron la libertad a mediados de octubre de 2019, porque la Justicia de Garantías consideró que los testimonios bajo reserva de identidad y la poca claridad de las imágenes que captaron el ataque no permitían mantener sus detenciones.

«La causa tiene algunas dificultades, porque no hay arma, no hay testigos directos y solo testimonios de identidad reservada, y las imágenes captadas son borrosas e incompletas», explicó una fuente cercana a la investigación.

En ese sentido, la hermana de la víctima cuestionó que «tampoco se preservó la escena del crimen» y expresó: «De todos modos, queremos tener la esperanza de que haya algún avance, que aparezca un comentario, un arrepentido que aporte nuevos datos y permitan esclarecer el caso y que no quede solo como un dato estadístico».

Al cumplirse el primer año del crimen, su hermana recordó a la víctima como «una mujer llena de vida y alegre» y aseguró que «todas las fechas son difíciles, pero esta semana es realmente muy dura para toda la familia».

«Sabemos que la vida continúa. Pero estamos rotos. Hace poco fue el cumple de mi mamá, el primero sin Kari, y ella siempre pregunta si hubo alguna novedad. Siempre está escuchando los audios que Kari le mandaba. Y a eso se le suma la pandemia. Con casi toda la familia en la Ciudad de Buenos Aires y sus dos hijos en Mar del Plata, ni siquiera podemos viajar a darnos un abrazo o llevar flores al cementerio», contó.