¿Quién es la misteriosa artista que pasea a todo volumen por Mar del Plata?

“Armada” con su poderoso parlante móvil, cargado de música clásica y vestida con largas polleras y chal sobre sus hombros, una misteriosa artista pasea por las calles de Mar del Plata al ritmo de la danza clásica. Se trata de Elvira Teresa Moreno (70) propietaria de “La Cerrillana”, un conocido local gastronómico ubicado en avenida Colón, famoso por quienes lo suelen frecuentar por poseer las mejores empanadas norteñas de la ciudad.

Sobrina del famoso pintor salteño, Antonio Yutronich y pariente lejana de la familia Luksic, -denominados popularmente como “los reyes del cobre en Chile”- Elvira, poseedora de una personalidad excéntrica y extrovertida, nació en Salta capital, en un contexto familiar cargado de muchos problemas.

Mientras se formaba como profesora de danzas folclóricas en su ciudad natal, conoció, a sus prematuros 15 años, a quien fue su primer marido y padre de sus tres hijas; un soldado italiano combatiente de la Segunda Guerra Mundial, que le llevaba nada menos que 30 años de diferencia.

“Él me ayudaba en todo, nunca me pidió que dejara los estudios, al contrario. Yo me dedicaba al hogar, pero seguía tomando clases para recibirme. Más que todo, para mí era un juego”, comentó la empresaria.

Luego de recibirse de profesora, ejerció la docencia durante 25 años en Salta Capital, obteniendo de la música clásica, la llave para liberarse de muchos problemas sufridos en la niñez.

La llegada de “La Cerrillana” y el arte callejero

A mediados de la década del 90’, Elvira dejó toda su vida en Salta, para radicarse en Mar del Plata y acompañar a su hija y a su yerno con un prometedor negocio gastronómico, lo que la alejó durante algún tiempo de su pasión. Una decisión que según ella costó muchísimo.

“Todos creen que yo traje las empanadas salteñas a Mar del Plata, en realidad fue mi yerno, pero yo le puse el arte, los buenos ingredientes, la perfección de la música clásica a la cocina”.

Los años pasaron y ese pedacito de Salta en Mar del Plata, comenzó a resonar en entre los amantes de la cocina norteña, convirtiéndose de a poco en un punto de referencia del buen comer.

Todos creen que yo traje las empanadas salteñas a Mar del Plata, en realidad fue mi yerno, pero yo le puse el arte, los buenos ingredientes, la perfección de la música clásica a la cocina.

Sin embargo, una “guerra” inesperada sirvió de piedra fundacional para a “la cerrillana”, y despertó, aquella pasión dormida que Elvira había dejado en el norte argentino.

“Cuando mi hija se separa de mi yerno, yo empecé a hacerle la guerra, ya que él trabajaba al lado. Yo salía a limpiar el auto y ponía la música a todo volumen. Ahí me empecé a inspirar de vuelta. Volví a lo mío, ya ni escuchaba música clásica, estaba metida en el negocio. ¿Cómo será no? Cuando se terminó la guerra, me quedó el amor”. comentó entre risas la empresaria.

Liberada y al ritmo de su música, Elvira se reencontró con su pasión que había olvidado por la rutina diaria, lo que dio paso a “la cerrillana”, emprendimiento vigente desde hace 25 años, como también, al pintoresco personaje que recorre las calles de la ciudad mostrando, en donde mande la ocasión, sus dotes artísticos.

“Terminé bailando en cualquier lado; en la playa, en la plaza. La gente se me acerca me saca fotos, me filma, yo no me hago problema. Les encanta, todos me dicen que soy una genia”.

La música clásica me ha sacado de muchos problemas que he tenido en la niñez por mis padres.

Al respecto de las críticas que suele despertar su personalidad, la artista aseguró, no hacerse problema, y pidió a todas aquellas personas que piensen que ella está loca, que le hablen, que ella les convida una empanada.

Al consultarle sobre su futuro, Elvira señaló no aferrarse a las cosas mundanas, siendo que primero está Dios, y que posiblemente continúe su emprendimiento en Buenos Aires, ya que ahí posee su más grande clientela.

Ya sea en Salta, Mar del Plata o Buenos Aires, esta cerrillana acaparará todas las miradas cuando comience a danzar, dejando -como dice su canción- el alma en un hilo y sus penas atrás.

 

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Fuente: Portal Universidad