Mar del Plata se encuentra dividida por la decisión de utilizar una biblioteca pública para albergar la Feria del Libro de la ciudad.
La Feria del Libro de Mar del Plata, tradicionalmente celebrada en el Centro Cultural Estación Sur en el Paseo Aldrey, se vio envuelta en controversia este año debido a desavenencias de último momento. Desde hace años, el Paseo Aldrey ha sido el escenario elegido para este evento literario de gran envergadura, atrayendo a amantes de la lectura y a diversos actores del mundo cultural. Sin embargo, en un giro inesperado, se decidió cambiar de lugar en el último momento, generando sorpresa y debate entre los organizadores, los expositores y el público en general. El cambio repentino ha dejado a muchos preguntándose cuáles fueron las razones detrás de esta decisión y cómo afectará la experiencia de la feria.
En el día de ayer la manifestación de una bibliotecaria, Marisa Diez, ha puesto en evidencia el descontento de muchos ciudadanos y ha generado un debate sobre la importancia de preservar los espacios culturales.
La biblioteca en cuestión es la reconocida Biblioteca Leopoldo Marechal, la cual lleva meses cerrada al público debido a trabajos de remodelación. Sin embargo, recientemente se decidió vaciar el primer piso de la biblioteca para utilizarlo como sede de la Feria del Libro, lo cual ha generado un fuerte rechazo por parte de aquellos que consideran que las bibliotecas son bienes culturales de la humanidad y que no deberían ser utilizadas con fines ajenos a su misión principal.
«Mar del Plata, ¡abre los ojos!», exclama Diez en sus declaraciones. Ella cuestiona si alguien puede tener el poder de vaciar una biblioteca para dar lugar a un evento como la Feria del Libro y si la sociedad puede estar tan ciega como para permitirlo. Según la bibliotecaria, la Feria del Libro en Mar del Plata siempre ha sido concebida con un enfoque exclusivamente económico, sin priorizar su aspecto cultural.
La indignación de Diez se extiende también hacia aquellos con puestos políticos y hacia aquellos que afirman trabajar por la cultura de la ciudad, pero que respaldan esta decisión. En su opinión, la biblioteca y el Centro Cultural Osvaldo Soriano, que también se vería afectado, deberían cumplir su función principal como bibliotecas y no ser utilizados como sedes de eventos que carecen de verdadero contenido cultural.
Además, la situación se ha visto agravada por la reciente ausencia de una Secretaria de Cultura en Mar del Plata, lo que ha generado preocupación entre los defensores de la cultura y las bibliotecas de la ciudad.
Ante esta situación, Diez hace un llamado a no permitir que Mar del Plata se quede sin su biblioteca. Ella y otros ciudadanos comprometidos seguirán luchando para que las puertas de la Biblioteca Leopoldo Marechal y el Centro Cultural Osvaldo Soriano vuelvan a abrirse y cumplan su función como espacios dedicados a la cultura y el conocimiento.
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