En un acontecimiento excepcional, las playas de Punta Mogotes en Mar del Plata han sido escenario del nacimiento de una cría de elefante marino, un evento que resalta la importancia de la conservación de la especie en la región.
En la madrugada del 31, un elefante marino nació en la playa, específicamente a la altura del balneario 6. Este fenómeno, aunque raro, se suma a otros nacimientos reportados recientemente en localidades cercanas como Villa Gesell y Mar de Ajó, lo que sugiere una posible recuperación de la población de estas criaturas marinas tras la alarmante mortandad del año anterior, atribuida a la gripe aviar.
Los elefantes marinos son mamíferos marinos de gran tamaño, con machos que pueden llegar a medir más de 6 metros de longitud y pesar hasta 3.000 kilos. Su piel es gruesa y está cubierta de una capa de grasa, lo que les permite adaptarse a las bajas temperaturas del agua. Tienen un notable dimorfismo sexual, siendo los machos considerablemente más grandes que las hembras. Su dieta se compone principalmente de peces y calamares, y son capaces de sumergirse a grandes profundidades en busca de alimento.
La presencia de un guardaparque del Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires ha sido fundamental para asegurar el bienestar de la madre y su cría. La zona ha sido acordonada para evitar el acercamiento del público, un paso esencial dado que la intervención humana puede ser perjudicial durante el delicado periodo de lactancia, que dura entre 23 y 25 días. Durante este tiempo, las hembras pierden alrededor de 9 kilos diarios al amamantar a sus crías en estado de ayuno.
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Los especialistas advierten que el destete es abrupto y que, una vez concluido este periodo, la madre se aleja para recuperar energías. Este proceso es crítico y puede verse interrumpido si la madre percibe amenazas, lo que pone en grave riesgo al cachorro. Ante esta realidad, es imperativo que la comunidad respete el entorno y mantenga una distancia adecuada, evitando el uso de mascotas y el acercamiento innecesario.
Para asegurar la supervivencia de esta especie, las recomendaciones son claras: no acercarse, no alimentar a los elefantes marinos y, sobre todo, respetar su espacio natural.
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