En los últimos años, la ciudad ha experimentado un notable incremento en el uso de bicicletas como medio de transporte cotidiano. Este fenómeno, impulsado por la pandemia de 2020 y la creciente crisis económica, ha transformado el paisaje urbano marplatense. Sin embargo, un reciente incidente ha puesto de manifiesto los peligros que enfrentan los ciclistas en una ciudad que no está preparada para este cambio en la movilidad.
Este fin de semana, un ciclista de 48 años resultó gravemente herido tras caer de su bicicleta en la intersección de las calles Libertad e Italia. El hombre, que en un principio rechazó la asistencia médica, se encuentra actualmente internado en estado crítico en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) «Dr. Oscar Alende», el segundo nosocomio más grande de la provincia de Buenos Aires.
Según informes oficiales, el ciclista realizó una maniobra brusca para evitar chocar contra la puerta de un automóvil que se abría, perdiendo el equilibrio y golpeando su cabeza contra el asfalto. Este incidente pone de relieve la peligrosa interacción entre ciclistas, automóviles y transporte público en las avenidas y calles de la ciudad.
El fiscal Pablo Cistoldi, a cargo de la investigación, ha imputado al propietario del automóvil por el delito de lesiones culposas. No obstante, este caso va más allá de una simple infracción de tránsito y plantea interrogantes sobre la planificación urbana de Mar del Plata.
La creciente adopción de la bicicleta como medio de transporte en la ciudad costera responde a múltiples factores. La pandemia de 2020 impulsó a muchos marplatenses a buscar alternativas al transporte público, mientras que la crisis económica ha convertido a la bicicleta en una opción más accesible frente al aumento de los costos del combustible y el transporte.
Sin embargo, Mar del Plata no cuenta con la infraestructura necesaria para garantizar la seguridad de los ciclistas. La falta de ciclovías adecuadas, la ausencia de señalización específica y la escasa conciencia vial de conductores y peatones crean un entorno de alto riesgo para quienes optan por este medio de transporte.
Las autoridades municipales se enfrentan ahora al desafío de adaptar la ciudad a esta nueva realidad. Expertos en urbanismo sugieren la implementación urgente de un plan integral que incluya la construcción de una red de ciclovías seguras, la instalación de semáforos específicos para bicicletas y la realización de campañas de concientización dirigidas tanto a ciclistas como a conductores de vehículos motorizados.
Para los ciclistas, es fundamental adoptar medidas de seguridad. El uso de casco, luces y elementos reflectantes es imprescindible, especialmente durante la noche. Asimismo, se recomienda mantener una distancia prudente de los vehículos estacionados para evitar accidentes como el ocurrido este fin de semana.
Por su parte, los automovilistas deben extremar las precauciones. Es crucial verificar los espejos antes de abrir las puertas, respetar la distancia de seguridad al adelantar a un ciclista y reducir la velocidad en zonas de alto tránsito de bicicletas.
El lamentable incidente debe servir como un llamado de atención para toda la comunidad marplatense. La transición hacia una movilidad más sostenible es inevitable, pero debe ir acompañada de políticas públicas que garanticen la seguridad de todos los usuarios de la vía pública.
Mar del Plata tiene ahora la oportunidad de convertirse en un ejemplo de ciudad ciclista en Argentina. Sin embargo, esto requerirá un esfuerzo conjunto de autoridades, ciudadanos y urbanistas para rediseñar el espacio público y crear una cultura vial que incluya y proteja a todos los medios de transporte.
Mientras tanto, la comunidad marplatense espera con preocupación la evolución del ciclista herido, cuyo caso se ha convertido en un símbolo de los desafíos que enfrenta la ciudad en su camino hacia una movilidad más sostenible y segura.
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