
Reviviendo los Recuerdos de los Años 1990 en Mar del Plata, Donde La Mula Plateada Brillaba en el Corazón de la Calle Alem.
Mar del Plata, viernes por la noche. El ambiente se cargaba de energía mientras los jóvenes se preparaban para una noche llena de música, camaradería y diversión. En aquellos años dorados de los 90, la ciudad costera era un hervidero de vida nocturna y entretenimiento, y ningún lugar encarnaba mejor ese espíritu que La Mula Plateada, un mítico DiscoBarPub de Rock ubicado en la emblemática calle Alem, en la zona dePlaya Grande.
Los recuerdos fluyen como una melodía nostálgica al pensar en aquellos días. Y entre las paredes de La Mula Plateada, se vivieron momentos inolvidables que marcaron a toda una generación. Adolfo, el gran amigo que partió demasiado pronto (que en paz descanse), siempre estaba allí, recibiendo a los asistentes con su cálida sonrisa y abriendo la puerta del Vip para aquellos privilegiados que tenían la suerte de entrar.
En el interior, resonaban las voces de aquellos que disfrutaban de la música en vivo mientras el humo del cigarrillo se mezclaba con la pasión desenfrenada por el rock. Washington Ortiz, con una mirada nostálgica, recuerda emocionado: «¡Un templo! Allí probé los primeros chupitos». Y esas pequeñas copas de sabores desconocidos se convirtieron en un símbolo de aquellos años, desafiando nuestras expectativas y transportándonos a un mundo de diversión desenfrenada.
Facundo J. Illescas, entre risas, agrega su propia anécdota: «¡Yo también! En el ’91 o ’92, todo el mundo hablaba de los chupitos y yo no sabía qué eran. Pensé que eran tragos de tamaño normal y cuando los vi, me tomé como 10. Salí de La Mula Plateada gateando. ¡Ja, ja, ja!»
Pero La Mula Plateada no era solo un lugar para disfrutar de la música en vivo y los chupitos sorprendentes, era también un espacio donde la amistad y el calor humano se entrelazaban en cada rincón. Carlos Pedone lo recuerda con cariño: «¡El mejor bar del universo! Allí estaban las mejores pizzas hechas por la mamá de Adolfo y Gustavo. Y no era un antro, era un bar rockero donde tocaron las mejores bandas del país».
La Mula Plateada se convirtió en un ícono de la escena musical de Mar del Plata hasta pasados los años 2000, un refugio para aquellos que buscaban una experiencia única y auténtica. Su legado perdura en los corazones de quienes vivieron y disfrutaron de aquellos años. Aunque el tiempo ha pasado y los lugares han cambiado, La Mula Plateada siempre será recordada como un templo del rock, un rincón de inolvidables noches de juventud en la querida ciudad de Mar del Plata.
Fuente: La Noche de Mardel Facebook