
La comunidad de Sierra de los Padres celebra la consagración de un nuevo espacio sagrado que busca fortalecer la fe y la unidad entre los feligreses.
El pasado sábado 1 de octubre, la comunidad de la capilla Nuestra Señora La Peregrina, perteneciente a la Parroquia Nuestra Señora del Pilar en Sierra de los Padres, vivió un momento de gran regocijo al celebrar la inauguración y consagración de su nuevo templo. Esta edificación, de estilo neorománico, destaca por su riqueza en elementos simbólicos que invitan a la alabanza y a la reflexión espiritual.
La ceremonia de consagración fue presidida por monseñor Ernesto Giobando sj., administrador apostólico y obispo electo de Mar del Plata. A su lado, concelebraron el arzobispo de Paraná, quien previamente había sido obispo de Mar del Plata, y el obispo emérito de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino. La participación del cura párroco, Enrique Pio, junto a varios sacerdotes que han estado presentes en diversas etapas de la comunidad, enriqueció aún más este evento.
Durante su homilía, monseñor Giobando expresó su admiración por la belleza del nuevo templo, destacando que «todos estamos asombrados por la belleza de esta Iglesia». Además, subrayó la importancia de este nuevo espacio para el barrio, afirmando que representa un lugar fundamental para la comunidad. «Damos gracias porque hoy consagramos este templo que será un hogar para numerosos fieles que se acerquen aquí a encontrarse con Dios y a celebrar su fe», manifestó.
El obispo electo compartió con los presentes que los dos signos de la consagración son el agua y el aceite. «El agua, con la que fuimos rociados al inicio de la Misa, y el aceite, que se utilizará para el altar y los muros, son símbolos de la marca indeleble que imprimimos en nuestras vidas a través del bautismo y que ahora se aplicarán a este templo», explicó Giobando. Resaltó que tanto el altar como la capilla quedarán consagrados a Dios para siempre.
En un contexto donde la vida profana parece prevalecer, el obispo afirmó que «consagrar un templo como este nos ayuda a sacralizar nuestra vida y nuestra sociedad». En contraposición a la proliferación de centros comerciales y lugares de consumo, Giobando celebró la inauguración de un espacio donde los fieles pueden ofrecerse a sí mismos y llenarse de Dios.
Tras la homilía, monseñor Giobando llevó a cabo la unción del altar y las columnas, un rito que fue acompañado por el canto de las letanías de los Santos. Posteriormente, se dispuso el altar para la primera Eucaristía en el nuevo templo.
El evento no solo fue una celebración religiosa, sino también un reconocimiento a quienes hicieron posible la construcción del templo. Carlos Baldino, presidente de la Comisión Pro-Templo, se tomó un momento para agradecer a todos los colaboradores, tanto a los fieles como a aquellos que realizaron el trabajo arquitectónico. Las aberturas de medio punto, óculos, triple arco y bóvedas son solo algunas de las características que adornan la edificación.
Para culminar la ceremonia, monseñor Giobando entregó una placa de reconocimiento del Obispado de Mar del Plata a Carlos Baldino y a la comunidad de la Capilla Nuestra Señora La Peregrina, como un homenaje por su dedicación y esfuerzo en la construcción de este templo, destinado a la mayor gloria de Dios.
Con este nuevo espacio, la comunidad de La Peregrina no solo gana un lugar físico de encuentro y oración, sino que también fortalece los lazos de fe y unidad entre sus miembros, uniendo corazones en torno a la espiritualidad y el amor divino.
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