Una apuesta radical por el déficit cero y la transformación estatal.
El presidente Javier Milei compareció este domingo ante el Congreso Nacional para exponer los detalles del Presupuesto 2025, en una sesión que marcó un hito en su gestión y delineó una visión radicalmente nueva para las finanzas públicas argentinas. Con un discurso cargado de críticas hacia la «casta política» y los gobiernos anteriores, Milei presentó un plan presupuestario que, según sus palabras, busca «ponerle un cepo al Estado» después de años en los que «la clase política vivió poniendo cepos a las libertades individuales».
El eje central del Presupuesto 2025 es el compromiso inquebrantable con el déficit cero, que Milei describió como «la piedra basal» y «la primera verdad de una Administración Pública sana». Esta meta, largamente postergada en la historia económica argentina, se presenta ahora como el principio rector de la política fiscal del gobierno.
Nueva metodología presupuestaria: Blindando el equilibrio fiscal
La propuesta de Milei introduce una metodología presupuestaria innovadora que, según explicó, «blinda el equilibrio fiscal sin importar cuál sea el escenario económico». Este enfoque promete mantener las cuentas públicas equilibradas independientemente de las fluctuaciones macroeconómicas, lo que representa un cambio paradigmático en la forma de concebir el presupuesto nacional.
«El déficit siempre fue consecuencia de pensar primero cuánto gastar y después ver cómo financiarlo. Nosotros vamos a hacerlo al revés, pensando primero cuánto tenemos que ahorrar, para después ver cuánto podemos gastar», afirmó el presidente, delineando una filosofía fiscal que prioriza la disciplina sobre el gasto.
Esta nueva metodología, según Milei, persigue tres objetivos fundamentales:
- Blindar el equilibrio fiscal de manera permanente, eliminando la necesidad de recurrir a la deuda o la emisión monetaria.
- Obligar al Estado a absorber los efectos de las perturbaciones económicas.
- Devolver el exceso de recaudación a la sociedad a través de reducciones impositivas cuando se produzcan mejoras económicas sostenidas.
Críticas a la «casta» y al gasto público
El discurso de Milei estuvo salpicado de duras críticas hacia la clase política tradicional, a la que responsabilizó por el crónico déficit fiscal del país. «¿Saben cuál es la madre del déficit? La compulsión inagotable de los políticos por el gasto público, que no conoce restricción presupuestaria alguna», declaró el presidente.
En una de sus afirmaciones más contundentes, Milei sostuvo que «no hay nada más empobrecedor para el común de los argentinos que el déficit fiscal. Y no hay nada que enriquezca más a los políticos que el déficit fiscal». Esta dicotomía entre los intereses de la población y los de la «casta política» fue un tema recurrente en su presentación.
Redefiniendo el rol del Estado
Milei aprovechó la ocasión para delinear su visión sobre las funciones del Estado nacional, argumentando en contra de la concepción del Estado como una «niñera» encargada de satisfacer todas las necesidades de los ciudadanos. Según el presidente, esta visión expansiva del Estado ha llevado al incumplimiento de sus responsabilidades fundamentales.
«Lo fundamental que tiene que hacer un Estado Nacional es asegurar la estabilidad macroeconómica, las relaciones exteriores y el imperio de la ley. Punto», afirmó Milei, sugiriendo que cualquier otra función puede ser resuelta por el mercado o es competencia de los gobiernos subnacionales.
Desafíos a gobernadores y legisladores
El presidente lanzó un claro desafío a los gobernadores provinciales, instándolos a realizar un ajuste adicional de 60.000 millones de dólares para cumplir con el compromiso de reducir el gasto público consolidado al 25% del PBI. «Nosotros ya hemos cumplido nuestra parte del acuerdo. Ahora faltan ustedes», declaró Milei.
A los miembros del Congreso, el presidente les planteó una disyuntiva crucial: «O hacemos exactamente lo contrario a lo que venimos haciendo hace más de 100 años y nos dejamos de hundir. O seguimos haciendo lo mismo, dejamos todo como está, y mantenemos este sistema putrefacto que empobrece todos los días a los argentinos».
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