El intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, ha sacudido el ámbito político con sus explosivas declaraciones sobre el reciente convenio colectivo aprobado para los empleados municipales de la ciudad. En un discurso cargado de indignación, el jefe comunal ha puesto al descubierto una serie de cláusulas que desafían toda lógica y atentarían contra principios básicos de la igualdad y la meritocracia.
Mar del Plata, 8 de mayo de 2024. Las polémicas revelaciones de Montenegro han destapado un verdadero escándalo que amenaza con llevarnos décadas atrás en el tiempo. Según el mandatario, el convenio establece que los cargos municipales serán hereditarios, pasando de padres a hijos como si se tratara de un título nobiliario. Esta disposición no solo socava la idoneidad y el mérito como factores determinantes para acceder a un empleo público, sino que además siembra un peligroso precedente al establecer una suerte de «castas» o «estamentos» dentro de la administración municipal.
Pero las irregularidades denunciadas no se detienen allí. Montenegro ha denunciado que el mismo convenio otorga a los empleados municipales recién ingresados nada menos que 30 días de vacaciones anuales, más del doble de lo estipulado para el resto de los trabajadores del país. Asimismo, contempla la obligación de «recategorizar» a aquellos empleados que se encuentren a tres años de jubilarse, creando cargos ad hoc si fuera necesario.
Las voces de repudio no se han hecho esperar. El senador provincial Alejandro Rabinovich, cercano al intendente, ha calificado estas medidas como «desquiciadas», «irracionales» y propias de una época «pre Revolución Francesa». En un contundente tuit, Rabinovich ha citado el artículo 16 de la Constitución Nacional, que establece la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y prohíbe los fueros personales y títulos de nobleza.
Pero quizás lo más llamativo de todo este asunto sea el interrogante que ha planteado el propio Montenegro: ¿Por qué el gobierno provincial, encabezado por Axel Kicillof, ha decidido registrar este convenio ahora, siete años después de su presentación en 2017? ¿Qué motivaciones ocultas pueden existir detrás de la aprobación de un documento que, en palabras del intendente, constituye un verdadero «disparate»?
EL SINDICATO DE MUNICIPALES DE MAR DEL PLATA QUIERE QUE LOS CARGOS SEAN HEREDITARIOS
En 2015 el exintendente Carlos Arroyo creó una comisión para impulsar un convenio de trabajo colectivo con el sindicado de empleados municipales de Mar del Plata: en 2017 la iniciativa fue… pic.twitter.com/sSxUHfmOcQ
— Guillermo Montenegro (@gmontenegro_ok) May 8, 2024
Las sospechas de un presunto acuerdo político entre el gobierno provincial y el poderoso gremio de municipales no hacen más que aumentar la indignación ante un caso que desafía los principios más básicos de la igualdad, la meritocracia y la transparencia en la administración pública. Mar del Plata, una de las ciudades más importantes de la provincia de Buenos Aires, se ha convertido en el inesperado escenario de una polémica que amenaza con trasladarnos a una suerte de feudalismo moderno, donde los privilegios y las prebendas parecen prevalecer sobre el sentido común y el interés de los vecinos.
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