La temporada de verano 2023/2024 llega a Mar del Plata con altos precios tanto en comidas como en indumentaria playera, generando preocupación entre residentes y turistas que buscan disfrutar las vacaciones sin arruinar su economía familiar.
Los valores de los tradicionales «pancho y coca» en los puestos callejeros han experimentado un incremento del 200% con respecto al año anterior: hoy un pancho super y un agua mineral cuestan 2.000 pesos cada uno. Si a esto le sumamos una porción de papas fritas, el costo total asciende a 4.500, una suma difícil de solventar para muchas familias argentinas.
Esta situación se replica en otros alimentos básicos como la hamburguesa, que ronda los 3.000 pesos, o el choclo, que de 600 pesos en 2022 pasó a tener un valor de 2.000 pesos la unidad en esta temporada, un aumento superior al 300%.
Claramente, comer en la playa se ha convertido en un artículo de lujo para los bolsillos nacionales. Esta realidad aleja a Mar del Plata de su histórico perfil popular y la ubica como un destino un poco caro, no acorde al contexto social que atraviesa Argentina.
Afortunadamente, no todo son malas noticias en «La Feliz». Si bien platos, bebidas y snacks tienen un costo astronómico este verano, al menos las mallas de baño mantienen precios accesibles para que todos puedan lucir glamorosos tomando sol en la playa.
Por ejemplo, en los chiringuitos de la zona sur se consiguen tanto bikinis como mallas enteras para niños desde 10.000 pesos. En el caso de las mallas de mujer, los conjuntos completos oscilan entre 10.000 y 11.500 pesos, mientras que las piezas sueltas permiten armar bikinis por 5.000 o 6.000 pesos.
Estos valores no solo son inferiores a los de temporadas anteriores, corregidos por inflación, sino que también resultan más económicos que en los locales de lencería y de indumentaria en el centro comercial de Mar del Plata.
Así, en medio de un panorama desolador de aumentos constantes, al menos comprar trajes de baño acordes a las últimas tendencias fashionistas sigue siendo posible para todos los bolsillos. El sol, el mar y la arena son gratuitos para disfrutar; la vestimenta playera, por suerte, también está al alcance este verano en la costa atlántica argentina.
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