Torreón del Monje: patrimonio de Mar del Plata

¿Es cierto que hay fantasmas en el Torreón del Monje? ¿Quién lo construyó? ¿Vivió realmente un monje allí? Muchas de estas preguntas se repiten a diario cuando la gente visita el mítico edificio que descansa sobre las rocas de la Punta Piedras. Sin embargo, la historia oficial es distinta.

Por Francisco Daniel Zazzu

Quién construyó el Torreón del Monje

Si nos piden nombrar rápidamente tres símbolos de Mar del Plata, es probable que respondamos: los Lobos Marinos, el Hotel Provincial y Casino y el Torreón del Monje. Esta construcción de influencias góticas fue donada por Ernesto Tornquist, empresario argentino, miembro de la aristocracia argentina y benefactor de la ciudad. Tornquist se dedicó a realizar numerosas obras públicas en Mar del Plata, embelleciendo la ciudad que había elegido para establecer su casa.

El arquitecto Carlos Nordmann fue el encargado de llevar a cabo las obras. El objetivo era crear un edificio que transmitiera encanto y que tuviera un estilo medieval, que recordara a las antiguas fortalezas europeas. A través de la firma constructora del italiano José Fontana, los trabajos finalizaron un 28 de febrero de 1904, fecha de inauguración de la construcción. En un principio fue bautizada como Torre Belvedere y posteriormente pasó a llamarse Torre Pueyrredón.

Ernesto Tornquist, empresario y estanciero fue quien mandó a construir el legendario edificio.. PhotoCredit: Fotos Viejas de Mar del Plata.

Cómo nació la leyenda

Tornquist, en su afán por otorgarle a Mar del Plata un halo de misterio y atractivo turístico, fue el encargado de darle origen a la leyenda sobre el lugar.

Al parecer, el empresario hizo difundir un texto, supuestamente escrito en 1695. La historia decía que dicho texto había sido hallado en un cofre que estaba dentro de una piedra y que fue encontrado por un obrero mientras trabajaba en el lugar.

El escrito decía lo siguiente: hacia fines del siglo XVII existía en ese lugar una fortaleza construida por el Padre Ernesto Tornero. Allí vivía el soldado Alvar Rodríguez, quien protegía la fortaleza y mantenía relaciones amistosas con los indígenas que provenían de la vecina Reducción del Lago.

Así conoció a Mariña, una hermosa india con quien tuvo un apasionado romance, el cual causó el enojo del cacique Rucamará, quien también pretendía a Mariña.

PhotoCredit: Torreón del Monje.

Rucamará asaltó la fortaleza para apoderarse de la india y se atrincheró en el Torreón. Pero el soldado logró escapar y prometió regresar para rescatar a Mariña y recuperar la edificación. Rodríguez recurrió a otra joven india llamada Nalcú, que había sido desplazada por el Cacique y estaba dispuesta a traicionarlo. Nalcú adormeció al Cacique y a Mariña y pactó con los españoles para que atacasen la fortaleza. Sin embargo, en medio del ataque, Rucamará despertó y escapó junto a Mariña en un corcel. Rodríguez lo persiguió y éste, al verse acorralado, se arrojó al mar con su amada.

La historia cuenta que, tras este fatal desenlace, el soldado vivió el resto de sus días encerrado, convertido en Monje.

Algunos afirman que, a veces, es posible oír el galope de un caballo y en lo alto de la torre se ve la figura de una hermosa mujer morena, vestida de blanco.

Cómo surgió el Torreón tal como lo conocemos hoy

Desde que se inauguró en 1904, el lugar funcionó como confitería y mirador. En 1927 se iniciaron las obras de ampliación las cuales concluyeron en 1929, año en que pasó a conocerse como Torre Pueyrredón. En esas obras se le agregó al lugar un anexo con techos de teja rojiza, que fue ocupado por el Pigeon Club, en donde se practicaba el tiro a la paloma.

Ya como Torreón del Monje, en la década de 1940 el lugar se convirtió en sede del Círculo de Oficiales de la Marina, hasta finales de la década de 1960. Desde entonces permaneció cerrado por más de 10 años sufriendo un gran deterioro en su estructura hasta que, en 1979, el empresario marplatense Domingo Parato, comenzó a trabajar en su restauración, recuperando los enormes valores patrimoniales del lugar.

La nueva pasarela intenta respetar el estilo de la original, está revestida en piedra y posee una heráldica.

Parato construyó dos escolleras, permitiendo formar una playa junto al Torreón, que en 1993 fue declarado Bien de Interés Patrimonial, determinando su conservación y protección. En 2003 se reconstruyó el puente peatonal que cruzaba sobre el Paseo Jesús de Galíndez y que había sido demolido años atrás. En 2017 se inauguró el sector sur del edificio y en 2018 el Club de Playa. Hoy, el lugar funciona como confitería, sede del Club de Emprendedores de Mar del Plata y como espacio cultural y salón de eventos. Constantemente es visitado por miles de turistas que eligen este lugar maravilloso como postal de “La Feliz”.

Más allá de las leyendas y mitos que rodean a la construcción, lo cierto es que el Torreón del Monje es un símbolo y un punto de visita obligado para todos aquellos que deciden visitar Mar del Plata.

La fuente de este artículo es el Blog Mar del Plata – La Perla del Atlántico (link), un recomendable sitio web que se dedica a recopilar información detallada sobre la ciudad. Este blog ofrece a sus visitantes una amplia variedad de artículos que cubren temas relacionados con la cultura, la gastronomía, el turismo, la historia y muchos otros aspectos de interés de la denominada ciudad feliz.