Mañana 25 de Marzo, celebramos el Día del Niño por Nacer y las voluntarias del servicio de ayuda a la mujer embarazada de la diócesis de Mar del Plata integrantes de AIN KAREM dan a conocer este comunicado.
Este año nos toca conmemorar el Día del Niño por Nacer en un contexto particular. Estamos viviendo un momento único en el cual, todos y cada uno estamos cuidando la vida, la nuestra y la de todos.
Como sociedad estamos convencidos y creemos, a partir de lo que dice la ciencia, que nos debemos cuidar porque a pesar de que no se ve, no se escucha y no se siente existe un virus que nos puede matar. Por eso se han dispuesto todos los recursos para atender ésta necesidad: el servicio sanitario, medidas económicas, como también en el mismo círculo familiar los más jóvenes se han puesto a disposición de sus familiares adultos para satisfacer sus necesidades y colaborar en la premisa que rige estos días «no salgas de tu casa».
Este esfuerzo por cuidar la vida, nos llena de esperanzas frente a la defensa de las 2 vidas. La defensa de aquel inocente, que tampoco podemos tenerlo en nuestras manos y que algunos consideran que no se escucha, no se siente y no se ve, en este caso desacreditando el conocimiento científico que afirma que la vida inicia con la fecundación.
Así como hoy nos organizamos para hacer frente al COVID-19, existen en medio de nuestra sociedad una innumerable cantidad de grupos, ONG y personas que desde hace muchos años están organizados para trabajar todos los días por la vida. Luchan por la vida por nacer, por la vida del recién nacido, por la vida de las embarazadas y también por la vida de las flamantes madres.
Frente a la sociedad del descarte, asumimos el desafío de la defensa de la vida. Así fue como en Mar del Plata, en el año 2011 dio inicio a sus actividades Ain Karem, una obra perteneciente al Obispado de Mar del Plata, cuyo objetivo principal es defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Entendiendo la palabra «vulnerabilidad» en su más amplia definición es que Ain Karem acompaña a mujeres que se encuentran en una situación de riesgo, es decir, no solamente atiende a quienes tienen problemas económicos sino también a quienes están en peligro por sufrir desigualdades sociales, culturales, espirituales, etc. Genera un espacio donde la mujer es escuchada, acompañada y contenida. Un espacio donde descubre el valor de su propia vida y de la vida que lleva en su vientre.
A través de la tarea de los voluntarios, la obra asiste a la mujer en todo el embarazo y después del nacimiento, acompaña el crecimiento del bebé durante el primer año de vida con leche, pañales y ropa.
Acompañamos a las mujeres y las ayudamos a asumir el desafío más importante que puede haber en la humanidad: traer vida al mundo.