Luego de una investigación de la Fiscalía y la Policía de la Provincia el Municipio los derribó.
Se pudieron secuestrar varias dosis de cocaína fraccionadas listas para ser comercializadas, y se aprehendió a un hombre mayor de edad. El mismo quedó imputado por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y fue alojado en la UP 44 de Batán.
En el marco de distintas investigaciones -y dentro de lo ordenado por personal policial de la Delegación de Drogas Ilícitas Mar del Plata y la Fiscalía Temática en materia de estupefacientes a cargo de la Dra. Daniela Ledesma y Dr. Leandro Favaro- el Municipio derribó este miércoles dos edificaciones precarias que funcionaban como búnker que comercializaba drogas ubicada en calle 234 al 1100 del barrio Belgrano de esta ciudad.
Producto del operativo, se pudieron secuestrar varias dosis de cocaína fraccionadas listas para ser comercializadas, y se aprehendió a un hombre mayor de edad. El mismo quedó imputado por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, alojado en la UP 44 de Batán para ser indagado por la fiscalía interviniente.
También se secuestró dinero en efectivo producto de las ventas, anotaciones de interés, material utilizado para el fraccionamiento de la sustancia como recortes de nylon y sustancia de estiramiento.
En la demolición de las edificaciones intervino personal de la Secretaría de Seguridad, del EMVIAL, y Defensa Civil. Además, se contó con el apoyo de personal de la Delegación de Drogas Ilícitas, DDI, Caballería, Infantería, y la Comisaría 11ª.
Cabe señalar que ambas edificaciones eran utilizadas exclusivamente para la venta de estupefacientes al menudeo.
Detalles de la investigación
La investigación fue iniciada hace menos de un mes y, luego de realizar distintas tareas de campo y allanamientos, se pudieron aprehender a dos mujeres entre ellas una de las principales investigadas. En dicho proceso se estableció que en dichos lugares se estaban llevando a cabo maniobras compatibles con la venta de estupefacientes al menudeo.
Para esto, utilizaban edificaciones cerradas y fortificadas mediante rejas (“bunker”), evitando así, tanto su ingreso como la visión hacia el interior. A medida que avanzaba la investigación, se pudo establecer la identidad de quien sería el responsable de dichos lugares y el modus operandi utilizado por el mismo, y a su vez, la operatoria realizada por los ocasionales compradores que acudían a los “points” de venta de drogas.
En este contexto, y una vez plasmadas las distintas pruebas obtenidas a través de la investigación, se solicitó a través de la fiscalía la correspondiente orden de allanamiento que fue otorgada por el Juzgado de Garantías.