Mar del Plata, ciudad elegida para envejecer

El Portal Universidad, hace mención a la ciudad como polo gerontológico y la necesidad de adaptarla para que sea más amigable con este grupo etario.

Por Darío A. Galván

Cada vez más, las personas tienen un promedio de vida mayor producto de los avances de la ciencia, los cambios en la alimentación y en los estilos de vida. Según Naciones Unidas, la población mayor de 65 años es la que más crecimiento ha tenido en relación a las otras franjas etarias. Los datos del informe “Perspectivas de la población mundial 2019” de la ONU, dicen que en 2050 una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años, un 16% más que la proporción de 2019 que establecía una de cada 11 personas, es decir, un 9%.

Esto es un fenómeno mundial ya que todas las regiones han experimentado un aumento considerable en la esperanza de vida desde 1950, según lo manifestado por la ONU. Las razones de esto son el aumento en la esperanza de vida al nacer, la mejora en la supervivencia de las personas mayores y las migraciones que explica cómo la proporción es cada vez mayor en la mejora generalizada de la longevidad.

En el mundo, dichas variables correspondientes al período de 2025-2050 muestran que esta tendencia del envejecimiento poblacional se acentuará y tendrá como características que la base que representa a los niños y jóvenes se achicará. Por su parte, al mismo tiempo, aumentarán la de los grupos de edad intermedia y las personas mayores de 60 años. La sobrevivencia de las mujeres, en especial en edades muy avanzadas, continuará como tendencia general a lo largo de los próximos años.

Entonces, la reducción de la fertilidad y el incremento de la longevidad son, por tanto, factores claves del envejecimiento mundial de la población; pero la migración en los países con grandes flujos es también un indicador que evidencia el retraso en el proceso de envejecimiento, al menos temporalmente, ya que los migrantes suelen ser jóvenes en edad de trabajar. Sin embargo, los que se quedan en el país receptor, se supone, terminarán formando parte de la población de mayor edad en aquellos lugares donde la esperanza de vida es alta.

Se evidencia así, como fenómeno actual, la mayor capacidad de las familias para controlar el número de nacimientos de niños, acompañado de un aumento considerable del papel desempeñado por las mujeres en las actividades no domésticas. Ambas tendencias son el reflejo de una mejora en las condiciones económicas, de bienestar y de desarrollo de los países. Sin embargo, este proceso también genera desafíos para las políticas públicas: muchas instituciones, como el sistema de salud, de educación, de pensiones y el marco de regulación laboral, entre otras, se ven afectadas por los diferentes contextos demográficos para asegurar su efectividad y eficiencia frente a este nuevo escenario.

En este sentido, el envejecimiento poblacional supone dos claros desafíos: por un lado, una población que envejece demanda mayores recursos fiscales para servicios sociales, que están asociados al sistema de salud, el cuidado de largo plazo y las pensiones. Por otro lado, la disminución del tamaño de la población en edad de trabajar, al reducir la fuerza de trabajo, podría, al mismo tiempo, condicionar el crecimiento económico de los países en el largo plazo.

Argentina y su comparación a nivel regional

En el país, el total de la población adulta mayor representa el 14,3% según el dossier estadístico del Indec, publicado en septiembre del 2022. La esperanza de vida al nacer revela que el promedio de la población adulta es de 75,4 años, siendo de 78,81 años para las mujeres y de 72,08 años para el hombre.

A nivel país se destaca una elevada cobertura social, alcanza al 90% de los adultos mayores, mientras que, en algunos países de la región, es extremadamente baja: en Paraguay, por ejemplo, sólo alcanza al 7%. Por esta razón, gran parte de los adultos mayores en algunos países continúa con el desarrollo de actividades laborales o necesita de la ayuda de su familia y de otras redes para asegurar su subsistencia.

En la mayoría de los países de la región, a nivel público, los Centros de Día son escasos y los servicios de cuidados domiciliarios y de asistencia o teleasistencia, prácticamente inexistentes. Asimismo, hay insuficiencia de recursos humanos especializados en Geriatría y más aún en Gerontología. La oferta de formación de posgrado es insuficiente y en general tiene un alcance limitado ya que se concentra en las grandes ciudades y en casi todos los casos es arancelada. La mayoría de los países no posee programas de formación sistemática y a gran escala de cuidadores domiciliarios.

La elección de Mar del Plata para vivir

No es el caso de Argentina que tiene a través de las Universidades mucha formación de profesionales en la temática. Mar del Plata no es la excepción en el país, por ejemplo, desde la Escuela de Medicina existe la cátedra de “Desgaste y envejecimiento”, a cargo de Víctor Bazán que a través de una entrevista que dio al Portal Universidad, hace mención a la ciudad como polo gerontológico y la necesidad de adaptarla para que sea más amigable con este grupo etario

En el marco de los Derechos Humanos, la aprobación de la Convención Interamericana para la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores (OEA, 2015) ha sido clave para lograr la inclusión del tema de la vejez. Supone modificar la mirada y en la forma de intervención de la familia, la sociedad y el Estado con las personas mayores. Hasta su adopción, los derechos de este sector poblacional se encontraban protegidos de modo general y de manera fragmentada conforme a los tratados internacionales y regionales de derechos humanos. En su actualidad, en el artículo 7 de la Convención se explicita que la persona mayor deberá tener acceso progresivamente a una variedad de servicios de asistencia domiciliaria, residencial y otros servicios de apoyo de la comunidad para evitar así su aislamiento o la separación de ésta (OEA, 2015).

Es tal el volumen de personas mayores que viven en Mar del Plata que la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires abrió en 2018 en la ciudad una delegación que funciona en 25 de mayo n°3022, con la intención de ofrecer un nuevo espacio para que los adultos mayores puedan resolver sus preocupaciones. Mariana, que atiende dichos reclamos en la sucursal comentó que la mayoría de los pedidos que reciben son por problemas de salud vinculados a las obras sociales. Dichas quejas están relacionadas a la no cobertura de distintos tipos de medicamentos o cirugías, también resaltó posibles retrasos en beneficios previsionales o el acceso en la tecnología como otros de los inconvenientes que se reiteran en las consultas. Asimismo, agregó que asesoran a las personas mayores para que puedan realizar ciertos trámites que son online y orientan a los mismos en los interrogantes que surjan.

Según datos de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida de los Adultos Mayores (INDEC, 2012) alrededor del 10% de esa franja etaria presenta dependencia básica. A medida que aumenta la edad, la población se vuelve más dependiente en este tipo de actividades -prácticamente se cuadruplica- pasando de un 5% en el grupo de 60 a 74 años a un 21% entre los de 75 años y más. Esto indica claramente la necesidad de ayuda para el desarrollo de las actividades básicas de la vida cotidiana. Se trata de un conjunto amplio de personas mayores que requiere del apoyo imprescindible de otras personas, ya sean familiares, amistades, vecinos o cuidadores formales o informales. En algunos países se han ejecutado programas de cuidados de largo plazo ya sea mediante el cuidado domiciliario, el fomento de alternativas comunitarias o la apertura de instituciones de larga estadía.

La importancia de los lugares de asistencia, como así también los abordajes interdisciplinarios para tratar, desde distintos enfoques, las problemáticas que afrontan las personas mayores es la evaluación que hace la Doctora en Psicología, Deisy Krezemien y que podés escuchar en el podcast que viene a continuación. En una charla muy didáctica y amena la investigadora adjunta del CONICET, comentó: qué métodos realizan en el IPSIBAT (Instituto de Psicología Básica Aplicada y Tecnológica), cómo a través de los abordajes neuropsicocognitivos trabajan perspectivas del envejecimiento, el afrontamiento de las personas mayores a las dificultades diarias, las estrategias que emplean para estimular tanto las emociones, como así también, lo cognitivo a través de talleres y espacios de encuentro.

Sin dudas, las proyecciones de vida son cada vez mayores, las personas se informan sobre cómo estar mejor, buscan tener una vida más saludable, sumado al avance de la ciencia y la tecnología que hacen posible un mejor envejecimiento. Estos, son algunos de los factores necesarios para alargar la existencia. Serán de gran importancia los datos que surjan del Censo realizado este año en el país, para aportar información actualizada sobre la calidad de vida de los adultos mayores.

El reto está en la sociedad de poder generar políticas públicas para que se siga por esta vía, logrando así, ciudades amigables y espacios de desarrollo para este grupo de personas. Y Mar del Plata también tiene este gran desafío, ya que es elegida por muchas razones para tener una vida feliz y plena.

Fuente: Portal Universidad

Foto: Marcelo Pérez Peláez