Autos, certificados y jubilaciones: los deliverys que surgieron con la cuarentena
La imposibilidad de la mayoría de sus clientes para desplazarse a los lugares habituales de atención de concesionarias, escribanías y bancos fueron la clave que impulsó los cambios en esta dinámica.
Los cambios que trajo la cuarentena forzaron a empresas e instituciones a modificar sus esquemas de trabajo habituales que, en algunos casos, llevaron a hacer deliverys inéditos como de automóviles, haberes jubilatorios y certificados de documentos.
En el caso de los automóviles, el cambio no sólo implicó la entrega del vehículo sino que también corren por cuenta de la concesionaria los trámites de patentamiento -hasta ahora a cargo del cliente- y, si se usa un auto usado como parte de pago, su cotización y retiro.
«No solo realizamos la entrega de la unidad en el domicilio del cliente, sino que le ofrecemos hacerlo con toda la operación completa para que esa persona no tenga que moverse nunca de su casa», aseguró a Télam Rubén Rodríguez, director de Ventas de Citroën.
Desde Peugeot, Marcelo Slimmens, director de Ventas de la automotriz, explicó que el mecanismo facilita «pasar por el domicilio del cliente a tomarle las firmas, ya sea de contratos prendarios como de la documentación para patentar» y que «si el cliente decide entregar una unidad usada en parte de pago, se le realiza una cotización también en su domicilio».
«Luego de patentar la unidad 0 km, se coordina una nueva fecha y hora y se le entrega al cliente el vehículo en su casa y en ese momento se le retira la unidad usada, en caso que la hubiera», agregó Slimmens.
En el caso de los haberes jubilatorios, el Banco Itaú comenzó a ofrecer un servicio de entrega de jubilaciones a domicilio para aquellos que cobran un haber en el banco.
«No lo planteamos como un negocio, sino como un servicio gratuito para nuestros clientes que vemos como valor agregado», explicó a Télam Guillermo Jejcic, director de Banca Minorista de Itaú Argentina.
El servicio es «a pedido» y consiste en el envío de la jubilación a los clientes que así lo soliciten a través de la página web del banco, que estará disponible mientras dure el período de cuarentena obligatoria.
Por último, desde el plano institucional, el Colegio de Escribanos de la ciudad de Buenos Aires puso en marcha durante la cuarentena «un cambio paradigmático» a través de los Certificados de Actuación Remota, para el aval de firmas de documentos privados.
«Son certificados que elabora el escribano en base de una videoconferencia cuando el residente no puede moverse por cuestiones de salud o algún tipo de imposibilidad que, ante la necesidad de firmar un documento privado, se hace en forma remota», explicó Ricardo Blanco Lara, prosecretario del Colegio De Escribanos porteño.
El procedimiento consiste en que, durante una videollamada con el escribano, el cliente le muestra el momento en el que está firmando el documento que debe validar y que luego escanea y envía por correo electrónico al escribano.
Al recibirlo, el escribano redacta un informe dando constancia de que fue esa persona la que firmó el documento y lo envía junto con el certificado de la copia del documento original a través de un servicio de mensajería.
«Si bien no es una certificación de firma tradicional, para una profesión que se basa en la mediación física, el presentar el aval de un documento a distancia significa un cambio de paradigma enorme», aseguró Blanco Lara.
Télam