
El presente artículo analiza las promesas de Montenegro y su cumplimiento, así como la falta de propuestas claras para abordar los desafíos actuales de Mar del Plata, Batán, Sierra de los Padres y Chapadmalal en las próximas elecciones.
8 de septiembre de 2023. En el año 2019, luego de que la elección PASO fuera adversa para María Eugenia Vidal, Guillermo Montenegro, entonces candidato a intendente de General Pueyrredon por Juntos por el Cambio, afirmó como estrategia la importancia de salir a la cancha y explicar «todo lo hecho y todo lo que se puede hacer para seguir transformando la provincia». Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Montenegro y su victoria local en las elecciones generales, María Eugenia Vidal no logró mantener su posición como gobernadora de la provincia de Buenos Aires. Perdió conta Axel Kicillof y allí comenzó otra historia.
Yendo al presente en las elecciones primarias (PASO) de agosto de 2023, Guillermo Montenegro obtuvo una victoria por nueve puntos de ventaja como candidato a intendente de General Pueyrredon. Sin embargo, a pesar de este resultado inicial positivo, Montenegro se encuentra actualmente en una situación compleja. Esto se debe a que su coalición política llevaba inicialmente a dos candidatos presidenciales, lo cual generó divisiones y conflictos internos. Además, la candidata presidencial que finalmente fue elegida en JxC (Bullrich) está experimentando un claro declive en términos de popularidad y no ha logrado ganar la batalla mediática y electoral contra un oponente, Javier Milei, que sigue creciendo en apoyo y respaldo. Estos factores, sumados a que la gestión de Montenegro no ha sido especialmente idónea para resolver problemas estructurales, generan complicaciones y desafíos adicionales para su campaña.
El dilema que enfrenta Guillermo Montenegro radica en decidir si enfocar su discurso político en destacar los logros alcanzados durante su gestión como intendente de Mar del Plata, contando todo lo realizado hasta ahora, o si optar por prometer acciones y propuestas hacia adelante. Nada de ello ha hecho hasta ahora, en modo de campaña. Pero ¿Qué logros puede mostrar Montenegro?. Para ello es menester revisar sus promesas en el 2019 y evaluar su rendimiento como gestor con el tiempo como testigo.
En plena campaña electoral por la intendencia de Mar del Plata hace 4 años, el candidato Guillermo Montenegro lanzó un ambicioso paquete de 12 promesas para seducir al electorado y conquistar la confianza de los marplatenses.
Tras años de gobiernos que no pudieron resolver problemas endémicos como el desempleo, el deterioro de calles o la inseguridad, Montenegro apostó fuerte con propuestas innovadoras y llamativas.
La más disruptiva fue instalar una escuela de gendarmería en los hoteles abandonados de Chapadmalal, lo que despertó polémica pero también expectativa. Otra medida que capturó atención fue mudar sus oficinas al Centro de Monitoreo para estar al frente de la seguridad de la ciudad.
Entre sus promesas más celebradas estuvieron construir el ansiado Hospital Municipal, finalizar los inconclusos polideportivos barriales, reducir el costo de la política con menos asesores y crear una Oficina Anticorrupción.
Para motorizar la economía local, planteó beneficios impositivos a empresas marplatenses en licitaciones y compras estatales. Y no faltaron los anuncios esperados como más asfalto, controles de tránsito, circunvalación y hasta devolver una polémica bonificación a los docentes.
Con un discurso enfocado en la eficiencia, la transparencia y la ambición de progreso, Montenegro logró entusiasmar a una ciudadanía ávida de renovación. Sus propuestas pintaban un futuro de cambio que no ocurrió y se tradujo en la postulación de 12 puntos:
- Implementar el programa «Compre marplatense» para priorizar la contratación de empresas locales en licitaciones públicas.
- Devolver la bonificación a los docentes municipales que había sido quitada.
- Desarrollar un plan integral de asfalto y bacheo en toda la ciudad.
- Culminar la construcción de los polideportivos barriales de los barrios Centenario y Camet.
- Construir una escuela de gendarmes en los hoteles abandonados de Chapadmalal.
- Mudar sus oficinas al Centro de Monitoreo para supervisar la seguridad.
- Construir el Hospital Municipal y un Centro de Salud en Batán.
- Concretar el proyecto de la Circunvalación para la ciudad.
- Reducir el costo de la «planta política» del municipio.
- Crear una Oficina Municipal de Anticorrupción.
- Intensificar los controles de tránsito con participación policial.
- Mejorar la tecnología de las cámaras del Centro de Monitoreo.
Además, es importante mencionar que en el transcurso de su gestión, Guillermo Montenegro ha utilizado diversas excusas para justificar el incumplimiento de algunas de sus metas. En el año 2020, argumentó que la pandemia del COVID-19 había generado dificultades y limitaciones para llevar a cabo ciertas acciones. En el 2021 y 2022, atribuyó la falta de avances a lo que denominó «el legado de Pulti y Arroyo», en referencia a sus predecesores como intendente. Asimismo, Montenegro ha culpado al gobernador de la provincia de Buenos Aires de haber discriminado a la ciudad en cuanto al reparto de recursos, lo cual ha generado tensiones políticas.
Montenegro ha logrado mantener una sólida imagen frente a la ciudadanía gracias a un enfoque estratégico en la comunicación y el manejo de las redes sociales. Con habilidad, se presenta como un político cercano y accesible, recorriendo inauguraciones y realizando gestos simbólicos, lo cual parece ser cuidadosamente orquestado para generar una conexión emocional y una sensación de proximidad entre el líder político y los ciudadanos. Este enfoque escenificado se ha convertido en una parte integral de su estrategia de comunicación, contribuyendo así a mantener una imagen positiva y fortalecer su posición en la opinión pública.
Sin embargo, a medida que nos acercamos a las elecciones generales del 2023, Montenegro aún no ha presentado propuestas claras y concretas para abordar los desafíos y necesidades de la ciudad. La falta de una visión política definida y la ausencia de propuestas sólidas pueden afectar su posición y generar incertidumbre entre los votantes respecto a las acciones que tomará en caso de ser reelecto como intendente. No olvidemos que el actual alcalde perdió en 17 circuitos electorales del Partido, ya no por sus promesas de campaña, sino tras un conocimiento cabal de los vecinos respecto a lo qué hizo y lo qué puede hacer en lo sucesivo, como administrador de la comuna local.
En este contexto, es fundamental que los ciudadanos evaluemos críticamente todas estas circunstancias y consideremos tanto los logros como las promesas incumplidas, así como las excusas utilizadas, al tomar una decisión informada en las próximas elecciones generales. Todavía no tenemos definido quien conducirá nuestros destinos ciudadanos en el futuro cercano y hay un final abierto para los resultados de las elecciones generales 2023.
NMDQ – Marcelo Pérez Peláez
Notas utilizadas para el análisis: https://www.0223.com.ar/nota/2019-11-2-20-0-0-las-12-promesas-electorales-de-montenegro-que-hara-como-intendente