En un entrevista concedida esta semana a Radio Brisas de Mar del Plata, Julieta Torres, madre de Santiago, un adulto con una enfermedad crónica terminal, reveló la angustiante situación que atraviesan debido al abandono por parte del Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) y cómo el Hospital Privado de Comunidad (HPC) se ha convertido en su bastión de esperanza.
Santiago, a quien su madre describe como «una personita adulta», ha sido sometido a la asombrosa cifra de 71 cirugías a lo largo de su vida. La dedicación de Julieta ha llegado al punto de donarle uno de sus riñones para mantenerlo con vida. «Sigo dándole la vida», afirmó con determinación durante la entrevista.
Actualmente, Santiago se encuentra internado en el HPC, enfrentando su quinta internación en lo que va del año. Esta situación es el resultado directo de lo que Julieta describe como una serie de «burocracias» y obstáculos impuestos por IOMA.
IOMA: Una crisis en el sistema de salud
Según denuncia su mamá, la situación de Santiago tomó un giro dramático en diciembre del año pasado, cuando IOMA decidió cortar la cobertura en la Clínica Colón, donde Santiago recibía atención. «De la noche a la mañana, IOMA corta las clínicas, deja desamparado a Santiago, como a todos los afiliados», relató Julieta.
Este corte abrupto dejó a Santiago sin un lugar físico para recibir la atención que necesitaba desesperadamente. La última internación en la guardia de la Clínica Colón había costado 350,000 pesos, una suma que la familia no podía afrontar por sí sola.
La falta de cobertura por parte de IOMA se ha extendido más allá de la atención hospitalaria. Julieta detalló cómo la obra social ha dejado de cubrir insumos esenciales:
«IOMA empezó primero desde el tratamiento médico, después empezó a cortar los insumos. Estuvimos casi… uno dice es una pavada, pero es una pavada económica. Estuvo tres meses sin pañales, ahora habían cortado lo que era… él requiere unos parches siliconados que son… Él se inyecta todos los días donde previene la hemorragia. Están cortados, cada caja de parche valen 50 mil pesos.»
HPC: Un rayo de esperanza en la oscuridad
En medio de esta crisis, el Hospital Privado de Comunidad emergió como un salvador inesperado. Tras una nota en Canal 8, el Dr. Santi Mil del HPC se comunicó con Julieta y ofreció atención para Santiago.
«Si no fuera porque el HPC me abrió las puertas, más allá de que… Santi se me hubiera muerto. Santi se me hubiera muerto», confesó Julieta, subrayando la crucial intervención del HPC en un momento de desesperación.
La lucha continúa: Más allá de la atención médica
La batalla de Julieta no se limita a la atención médica. La situación económica de la familia es igualmente precaria. Actualmente, Julieta paga 400,000 pesos mensuales de alquiler, una suma que la obliga a hacer sacrificios inimaginables.
«No como para pagar el alquiler. No como. Te juro que no como para juntar peso por peso porque no tengo ayuda absolutamente de nadie», reveló Julieta, exponiendo la cruda realidad de su situación.
A pesar de sus esfuerzos por obtener ayuda, Julieta no ha recibido el apoyo necesario para asegurar una vivienda adecuada para su hijo.
Un llamado a la acción
El caso de Santiago y Julieta Torres es un doloroso recordatorio de las fallas en nuestro sistema de salud y asistencia social. Mientras IOMA continúa negando la cobertura esencial, son instituciones como el HPC y la determinación inquebrantable de una madre las que mantienen viva la esperanza.
Este caso demanda una respuesta inmediata de las autoridades competentes. Como sociedad, no podemos permitir que casos como el de Santiago caigan en el olvido o sean víctimas de la burocracia y la indiferencia institucional.
Julieta Torres puede ser contactada al 223-608-1973 para aquellos que deseen ofrecer ayuda o apoyo en esta difícil situación.
La historia de Santiago y Julieta es un llamado urgente a la acción, un recordatorio de que detrás de cada número y cada política hay vidas humanas en juego. Es hora de que nuestras instituciones estén a la altura de su responsabilidad y brinden el apoyo que nuestros ciudadanos más vulnerables merecen y necesitan.
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