Ubicada en calle Buenos Aires al 2700 de Mar del Plata, se alza imponente la última obra del célebre arquitecto e ingeniero Francisco Salamone: la extraordinaria «Casa de Alicia». Construida en 1954 como vivienda particular para la familia Canzani, amigos cercanos del arquitecto, esta joya arquitectónica ahora está disponible para alquiler temporario a través de la popular plataforma Airbnb por 137 dólares la noche.
La noticia no tardó en llamar la atención de admiradores de Salamone y curiosos por igual, quienes rápidamente agotaron las reservas para los fines de semana de mayor demanda de la temporada veraniega 2023/2024. Y es que tener la oportunidad de hospedarse en esta impecable residencia, que conserva intactos todos sus detalles originales, representa una experiencia única para conocedores de la obra del prolífico arquitecto.
Sobria pero imponente, la Casa de Alicia encapsula la esencia del estilo ecléctico de Salamone. Una fachada neoclásica con elegantes columnas jónicas se combina armoniosamente con detalles tradicionales de los típicos chalets marplatenses.
En su interior, los actuales propietarios celosamente preservaron elementos originales como carpinterías, pisos y exquisitas molduras. «Salamone solía supervisar personalmente todos los detalles en sus obras, por lo que encontraremos su ingenio reflejado en cada rincón», comentó entusiasmado el arquitecto René Longoni, estudioso de la prolífica obra del maestro.
Además de su valor arquitectónico, la casa tiene un profundo significado emotivo. Originalmente construida para la familia Canzani, lleva el nombre de Alicia Angelica, la hija de los dueños originales. Esta referencia permanece inmortalizada sobre la entrada del garaje, donde puede verse su nombre grabado en piedra.
Tras años en el olvido, la Casa de Alicia resurgió en 2021 cuando se colocó un cartel de venta que encendió las alarmas del movimiento Salamone y autoridades locales. Si bien la residencia continúa a la venta, su disponibilidad para alquiler temporario a través de Airbnb ha satisfecho parcialmente a quienes buscan preservar este patrimonio arquitectónico.
Los viajeros tendrán así la oportunidad única de alojarse en esta auténtica reliquia, concebida por uno de los arquitectos más prolíficos e ingeniosos que dio nuestro país. Una experiencia que seguramente quedará grabada para siempre en la memoria de quienes se animen a vivirla.
La icónica “Casa de Alicia” preserva intactos sus detalles originales en madera, pisos, puertas y hermosas molduras. El chalet de planta baja cuenta con recepción, living principal, tres dormitorios, dos baños, cocina, cochera cubierta y dos patios internos con jardín. Su excelente ubicación, a pocas cuadras del paseo brillante y de la rambla, lo convierten en una opción ideal para aquellos viajeros interesados en hospedarse en un auténtico exponente del talento creativo de Francisco Salamone.
Salamone tuvo una prolífica carrera que se extendió por casi 40 años. Si bien sus obras más reconocidas fueron construidas en la provincia de Buenos Aires entre 1936 y 1940, previamente había realizado importantes trabajos en Córdoba, su provincia adoptiva.
Entre sus primeras obras en Córdoba se encuentran el Chalet del Cerro de las Rosas (1924) y el Chalet La Cumbre (1928), ambas lujosas residencias que denotan la influencia del pintoresquismo inglés. En Villa María realizó varias obras públicas de envergadura como el Matadero Municipal (1934), el nuevo Cementerio y el primer tramo de Pavimentación (1936).
Tras su prolífico periplo bonaerense, en 1943 Salamone debió exiliarse brevemente en Uruguay debido a acusaciones por supuestas irregularidades en una obra pública. Si bien fue absuelto en 1945, este episodio marcó el fin de su etapa más creativa.
Ya en Buenos Aires, construyó 5 obras menores antes de su muerte en 1959. Entre ellas se destaca su propia residencia en el barrio de Saavedra, donde implementó un estilo ecléctico con reminiscencias a sus célebres construcciones monumentales.
En las últimas décadas, la valoración de su legado arquitectónico se ha acrecentado. Sus obras son apreciadas como excepcionales exponentes del Art Decó y racionalismo en Argentina.
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