Las investigadoras María Beatriz Valcarce y Marcela Vázquez del CONICET, participaron de la evaluación sobre el estado del emblemático Parador Ariston, emplazado en el sur de la ciudad.
Ubicado en el Barrio La Serena, próximo a Ruta 11 se alza una obra única en su tipo, el “Parador Ariston”, una losa sostenida por cuatro columnas de hormigón armado, con una planta elevada que, vista desde arriba, asemejan un trébol. Fue diseñado para funcionar como espacio gastronómico y salón de fiestas, pero también funcionaron allí otros emprendimientos, cafetería, discoteca y parrilla, hasta su cierre definitivo en 1993, fecha señalada como el inicio de su deterioro.
El edifico, construido en 1948, fue diseñado por el arquitecto modernista Marcel Breuer, y los arquitectos argentinos Carlos Coire y Eduardo Catalano. Breuer es mundialmente reconocido por haber sido miembro de la escuela Bauhaus en Weimar, Alemania, y el Parador Ariston es la única obra del arquitecto húngaro en Latinoamérica, por lo que su conservación es muy valiosa, no sólo para la ciudad de Mar del Plata.
La investigadora independiente María Beatriz Valcarce y la investigadora principal Marcela Vázquez, ambas con lugar de trabajo en el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA-CONICET, UNMDP), realizaron un diagnóstico del avance de corrosión de la estructura del edificio a pedido de sus actuales propietarios. Considerando que la estructura se encuentra a menos de 100 metros del mar, se encuentra expuesta a procesos corrosivos que podrían afectar el acero de refuerzo del hormigón armado.
“En condiciones normales, el hormigón puede prevenir la corrosión del acero de refuerzo ya que favorece la formación de una película de óxidos protectora que contribuye a que la velocidad de corrosión sea mínima. Sin embargo, la presencia de agentes agresivos propios del ambiente marino deteriora la calidad de esta película protectora y genera condiciones propicias para el inicio de la corrosión de los refuerzos”, explican las investigadoras. La corrosión del hormigón puede generar grietas que eventualmente generen desprendimiento de material, poniendo en peligro la seguridad de las personas que circulan en las inmediaciones de la construcción.
La evaluación de las especialistas mostró que algunos sectores se requieren inmediata atención para frenar el deterioro y recomendaron al propietario medidas de prevención y reparación, pero no se observaron indicios de procesos de corrosión que parezcan poner en riesgo la integridad de la estructura.
“Los actuales propietarios del inmueble están interesados en poner la estructura en valor y su incorporación al patrimonio histórico local, y nosotras esperamos haber contribuido a que el patrimonio de la ciudad recupere pronto una obra emblemática, para que pueda ser visitada y disfrutada por marplatenses y turistas”, afirmaron las investigadoras.
Fuente: Conicet
Publicó Marcelo Pérez Peláez
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