
El puerto de Mar del Plata se preparaba para recibir a un invitado muy especial en 1991: el USS Kitty Hawk, un portaaviones de la Armada de los Estados Unidos. El barco de guerra, nombrado en honor a Kitty Hawk, Carolina del Norte, el sitio de vuelo del primer avión impulsado de los hermanos Wright, iba a ser el líder de su clase y el segundo buque en ser nombrado de esa manera.
La ciudad estaba ansiosa por su llegada, sabiendo que era un acontecimiento histórico que no debía perderse. Finalmente, el USS Kitty Hawk llegó el 11 de noviembre al puerto de Mar del Plata, convirtiéndose en un hito histórico que dejó un recuerdo imborrable en la memoria de quienes lo vivieron.
Durante su estancia, el portaaviones se convirtió en una verdadera ciudad flotante. Con su tripulación de miles de personas, el barco contaba con una longitud de 327 metros y un desplazamiento máximo de 83 960 toneladas, y podía transportar hasta setenta aeronaves. La presencia del USS Kitty Hawk en la ciudad generó una gran expectativa en la ciudad y miles de personas acudieron a visitarlo.
Los bares de la zona vendieron en solo tres días la cantidad de cerveza que se consume en tres temporadas, y la ciudad se llenó de vida gracias a la llegada de gigante flotante. Fue un momento histórico que quedará en la memoria de quienes lo vivieron para siempre.
El USS Kitty Hawk era un ejemplo del poderío militar y tecnológico de Estados Unidos, y su presencia en Mar del Plata se presentaba como «el compromiso de los Estados Unidos con la seguridad y la estabilidad de la región», en una época donde el gobierno argentino buscaba profundizar vínculos con el país del norte.
Tras el paso de los años durante 10 años, estuvo permanentemente destinado a la base naval de Yokosuka, en Yokosuka, Japón, hasta que fue reemplazado por el USS George Washington en 2008. Luego de casi 49 años de servicio activo, fue dado de baja oficialmente el 12 de mayo de 2009 y reemplazado por el George H. W. Bush.
La presencia del USS Kitty Hawk en Mar del Plata no solo fue un acontecimiento histórico, sino también un hito en la relación entre Estados Unidos y Argentina, símbolo de una etapa del pais y de la política de los años noventa. En su momento se expresó que «La ciudad se sintió honrada de recibir al barco de guerra y los habitantes se enorgullecieron de ser anfitriones de la tripulación y los oficiales del USS Kitty Hawk».
A pesar de los años transcurridos, el recuerdo de su visita sigue vivo en la memoria de muchos. La ciudad ha cambiado desde entonces, pero el recuerdo de la visita permanece en la memoria colectiva de todos aquellos que tuvieron la oportunidad de ver la nave o de convesar con sus tripulantes.
NMDQ – Foto Wikimedia Commons