Foto: “Ostende Hotel”, en la esquina de Diagonal Pueyrredon y Rivadavia. Enrique Mario Palacio.
En la zona de Rivadavia casi Diagonal Pueyrredón, vivió Don Ramón Portas, un antiguo vecino que se convirtió en una figura destacada en la historia de Mar del Plata. De origen español, Portas llegó a nuestra ciudad después de la epidemia de fiebre amarilla que azotó Buenos Aires, bajo las órdenes de Patricio Peralta Ramos.
Posteriormente, comenzó a trabajar para Don Pedro Luro en la barra Luro, ubicada en Luro y Entre Ríos, además de administrar la primera rambla de madera. Durante 40 años, Portas trabajó en el casino, incluso para José Lasalle. En 1886, José Luro contrató a los técnicos Juan y José Lasalle e Inocencio Echeverría en San Sebastián para instalar un juego de ruleta en el incipiente balneario.
Los hermanos Lasalle, famosos por ser propietarios de casinos en Niza, Montecarlo y San Sebastián, conocieron al Dr. José Luro en Europa, quien los animó a venir a Argentina y luego, siguiendo la ruta veraniega de la sociedad porteña, a Mar del Plata. En 1889, instalaron una casa de ruleta en El Pabellón, un edificio de madera construido por Luro en el terreno triangular que más tarde albergaría al Club Mar del Plata.
Algunas versiones indican que también estuvieron en el Hotel Victoria, ubicado detrás de la «manzana de los dormitorios del Bristol», e incluso en el propio Bristol. La empresa de Lasalle y Echeverría se consolidó con el tiempo, ya que estuvieron a cargo del juego hasta 1920. Portas, famoso concesionario de la ruleta, contaba que muchas veces llevaba la recaudación del casino a su casa, aunque parezca increíble.
En cuanto a su hijo, también llamado Ramón Portas, fue un importante militante de la Unión Cívica Radical y llegó a ser diputado nacional. Era conocido como «el macho Portas».
Don Ramón Portas dejó una marca imborrable en la historia de Mar del Plata, tanto por su trabajo en el casino como por su legado político a través de su hijo. Su figura nos recuerda la importancia de aquellos pioneros que contribuyeron al desarrollo y crecimiento de nuestra querida ciudad.
Fuente: Rubén Calomarde – Historia de Mar del Plata Facebook