La Avenida Juan B Justo, donde se encuentra ubicado el centro de monitoreo (COM) al que el intendente Montenegro llevó su despacho con la promesa de brindar mayor seguridad, ha experimentado una preocupante ola de inseguridad en la ciudad. Dos recientes acontecimientos han dejado en evidencia la grave situación que se vive en esta zona, poniendo en tela de juicio la eficacia de las medidas implementadas hasta ahora.
En primer lugar, la reconocida parrilla «Sochori de Dorapa», ubicada en la zona el Estadio Mundialista ha sido víctima de tres robos en un lapso de tan solo un mes. Este establecimiento, que solía ser un referente en la ciudad, ha visto cómo la delincuencia ha atacado repetidamente, generando una situación insólita y alarmante. Los propietarios y empleados de la parrilla han sido testigos impotentes de cómo los delincuentes se llevan todo lo que encuentran a su paso, sumiendo al lugar en un clima de inseguridad constante. Estos robos recurrentes demuestran que la zona no cuenta con la protección necesaria para garantizar la seguridad de los comerciantes y sus clientes.
El reconocido restaurante «Sochori de Dorapa» ha experimentado una situación insólita en la que ha sido víctima de tres ilícitos seguidos. El último robo ocurrió durante la madrugada de hoy, cuando se sustrajo una garrafa. Las cámaras de seguridad del establecimiento han captado los tres incidentes delictivos, revelando cómo el ladrón ingresa por un pequeño espacio del ventanal cubierto de caños. La serie de robos ha generado preocupación en el local y ha llamado la atención sobre el incremento de la inseguridad en la zona.
En segundo lugar, durante el incendio que afectó a los depósitos ubicados en la misma avenida a la altura de la calle Uruguay, se produjo un acto deplorable por parte de los delincuentes. Aprovechando la emergencia y la evacuación de las personas, ladrones ingresaron a una concesionaria cercana y saquearon el lugar, llevándose todo lo que pudieron. Además, en un hecho desalmado, robaron las mochilas de los niños que celebraban un cumpleaños en un salón cercano al incendio. Estos actos demuestran la audacia y falta de escrúpulos de los delincuentes, así como la ausencia de seguridad en la zona, donde ni siquiera un evento tan grave como un incendio detiene su accionar delictivo.
El mecánico Marco Palumbo ha pasado por una situación dramática después del incendio que ocurrió en la avenida Juan B. Justo. Después de que el fuego casi causara pérdidas millonarias en su taller y futura concesionaria de automóviles, Palumbo sufrió robo de vehículos y tuvo que pasar la noche en una camioneta junto a un custodio para evitar el robo de varios automóviles que estaban en reparación en su establecimiento. Además, en medio de su desesperación, fue víctima del robo de decenas de herramientas costosas. Este incidente también está siendo investigado por la justicia. Palumbo relató que recibió una llamada anónima donde le advirtieron que sacara los autos porque el lugar se estaba incendiando. Durante el caos, personas aprovecharon la situación para llevarse herramientas del taller. Aunque los vehículos robados fueron encontrados en cercanías horas después, las herramientas costosas aún están desaparecidas.
Estos dos acontecimientos son solo una muestra de la preocupante situación de inseguridad que se vive en la Avenida Juan B Justo y en la ciudad en general. Es evidente que las medidas implementadas hasta ahora no han sido suficientes para frenar el accionar de los delincuentes, lo que pone en evidencia una falta de control y un desborde de la situación de seguridad en Mar del Plata.
Es urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto y refuercen las estrategias de seguridad en la ciudad. La promesa de mayor seguridad en la zona del centro de monitoreo debe convertirse en una realidad palpable para los ciudadanos. Es necesario incrementar la presencia policial, mejorar la iluminación en las calles, fortalecer la colaboración con las fuerzas de seguridad y promover la participación ciudadana en la prevención del delito.
La ciudadanía espera respuestas contundentes y acciones efectivas por parte de las autoridades competentes. La seguridad es un derecho fundamental de todos los habitantes, y es responsabilidad del Estado garantizarla. Mar del Plata no puede seguir siendo una ciudad desbordada por la delincuencia. Es hora de actuar y devolverle a los ciudadanos la tranquilidad y la confianza perdida.
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