
Una ola de frío polar ha desatado la alarma en la costa atlántica argentina, llevando al Servicio Meteorológico Nacional (SMN) a emitir una alerta roja por «temperaturas extremas» para Mar del Plata y localidades vecinas. Esta advertencia, la más severa en la escala de alertas meteorológicas, no solo afecta al sector oeste del partido de General Pueyrredon, sino que se extiende a otras localidades como Ayacucho, Balcarce, General Guido, Maipú, General Madariaga y Mar Chiquita.
La gravedad de la situación se refleja en el pronóstico de temperaturas mínimas de hasta -2°C para los próximos días, un descenso térmico significativo que pone en riesgo la salud de toda la población. Para el lunes, se espera una mínima de -1°C y una máxima de apenas 6°C, muy por debajo de los promedios históricos para julio en Mar del Plata, que rondan los 3,2°C de mínima y 12,6°C de máxima.
El SMN advierte que estas condiciones climáticas extremas pueden tener un efecto «alto a extremo» en la salud, lo que significa que las temperaturas pueden ser muy peligrosas incluso para personas saludables. El panorama para el resto de la semana no es más alentador, con mínimas que podrían llegar a -1°C y máximas que apenas rozarían los 10°C.
El lunes se presenta particularmente desafiante, con un pronóstico de cielo algo a parcialmente nublado, heladas y vientos leves a moderados del sudoeste. Estas condiciones, según los meteorólogos, podrían persistir durante al menos 10 días, configurando una ola de frío polar sin precedentes para la región.
Ante este escenario se han emitido una serie de recomendaciones cruciales para la población:
- Evitar la exposición prolongada al frío en exteriores.
- Abrigarse adecuadamente con múltiples capas de ropa liviana.
- Mantener el movimiento corporal para generar calor.
- Asegurar una calefacción segura en los hogares.
- Evitar cambios bruscos de temperatura.
- Hidratarse constantemente y evitar el consumo de alcohol.
- No automedicarse en caso de sentirse afectado por el frío y consultar a un médico.
Las temperaturas extremadamente bajas representan un grave riesgo para la salud humana, pudiendo provocar una serie de condiciones potencialmente mortales. La hipotermia es la principal preocupación, ocurriendo cuando la temperatura corporal cae por debajo de 35°C, lo que puede llevar a la confusión, la pérdida de coordinación y, en casos severos, a la falla de órganos y la muerte.
Las bajas temperaturas también exacerban condiciones preexistentes como enfermedades cardiovasculares y respiratorias, aumentando el riesgo de ataques cardíacos y complicaciones pulmonares. Asimismo, el frío extremo puede debilitar el sistema inmunológico, haciendo a las personas más susceptibles a infecciones y enfermedades. Para los grupos vulnerables como ancianos, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas, estos riesgos se magnifican, haciendo que la protección contra el frío sea crucial para prevenir consecuencias graves para la salud.
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