
Catalina Cattáneo, estudiante de la carrera de Derecho, de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) desarrolló una aplicación destinada a facilitar el estudio y la organización de contenidos académicos. Lo destacable del proyecto radicó en que Cattáneo logró llevarlo a cabo sin contar con conocimientos previos de programación, utilizando herramientas de inteligencia artificial. El proyecto fue realizado en el marco de la materia de Inteligencia Artificial y Derecho, cuyo docente a cargo es el Dr. Federico Álvarez Larrondo, especialista en la materia.
La materia de Inteligencia Artificial se diferenció del resto de las asignaturas de la carrera de Derecho por su enfoque innovador. Según explicó la estudiante, la propuesta se centró en adaptar los contenidos jurídicos tradicionales a las nuevas tecnologías, abordando temáticas como los contratos virtuales, los “smart contracts” y el uso de criptomonedas. En este contexto, el trabajo final consistió en la elaboración de un proyecto que integrara la inteligencia artificial como una herramienta de asistencia.
En lugar de realizar un informe de investigación, Cattáneo decidió aprovechar la oportunidad para crear una aplicación que facilitara el acceso al contenido académico y permitiera a los estudiantes autoevaluar sus conocimientos y así fue como surgió “Legal Minds”. “Quise salir de lo que es el informe de investigación tradicional y hacer algo diferente. Identifiqué los problemas que enfrentaba al estudiar y busqué una solución práctica“, relató.
La idea surgió a partir de dos necesidades concretas: recopilar de manera ordenada el material de estudio y contar con una herramienta que le permitiera verificar si había comprendido los contenidos. “A veces cursamos solos y no siempre es fácil encontrar un compañero para que nos tome un examen de prueba. Eso fue uno de los grandes disparadores”, explicó la estudiante.
A pesar de no tener experiencia en programación, Cattáneo recurrió a Chat GPT para desarrollar su proyecto. Su pareja, programador de profesión, le sugirió explorar plataformas de “no-code” o “low-code” que le permitieran construir la aplicación sin necesidad de escribir código. Así descubrió Glide, una herramienta que le permitió diseñar la aplicación a partir de una interfaz sencilla, similar a la creación de diapositivas en PowerPoint.
“Fui preguntándole a Chat GPT cómo hacer cada paso. Desde cómo agregar botones, categorizar información o crear hipervínculos, hasta cuál era la mejor tipografía y paleta de colores para una aplicación educativa”, detalló Cattáneo. La mayoría de las funcionalidades se basaron en enlaces a recursos externos, como legislación, jurisprudencia y bibliografía.
La aplicación incluyó varios apartados: un cronograma con los días de cursada y los temas a tratar, una sección de leyes divididas en acordadas, decretos y decisiones administrativas, y un espacio para la jurisprudencia, organizada por temáticas. También incorporó cuestionarios interactivos para que los estudiantes pudieran autoevaluarse. “Fue lo que más tiempo me llevó porque quería que mis compañeros pudieran utilizarla y probar sus conocimientos”, sostuvo.
Otro de los elementos innovadores del proyecto fue la creación de un modelo personalizado de Chat GPT, entrenado exclusivamente con el material de la cátedra. Esta herramienta permitió a los estudiantes realizar consultas precisas sobre los contenidos de la materia. “Le cargué archivos con toda la información relevante, le quise sacar el acceso a Internet para que las respuestas fueran más acotadas y evitar que arrojara jurisprudencia de otros países”, comentó la creadora de Legal Minds.
Cómo fue el entrenamiento
El entrenamiento de este modelo consistió en un proceso de prueba y error: “Le hice preguntas sobre temas que ya conocía para verificar si las respuestas eran correctas. También configuré opciones para que el usuario pudiera elegir entre respuestas más detalladas o más concisas”. A pesar de sus esfuerzos por limitar las respuestas cuando el sistema no tenía información, reconoció que “las inteligencias artificiales están diseñadas para responder siempre, aunque no tengan una respuesta exacta“.
El desarrollo del proyecto implicó desafíos técnicos y conceptuales. “Al principio parecía fácil, pero después se volvió más complejo, sobre todo al crear categorías dentro de otras o al configurar ciertas funciones en inglés”, relató. Sin embargo, destacó que la experiencia le permitió comprender mejor los contenidos de la materia y desarrollar habilidades que podrá aplicar en el futuro.
En cuanto al recibimiento por parte de sus compañeros y docentes, Cattáneo aseguró que la aplicación fue bien recibida y que varios estudiantes se mostraron interesados en incorporar sus propios trabajos de investigación al sistema. “Me consultaron si podían sumar sus fuentes para que quedaran disponibles para futuras cursadas, y me pareció una excelente idea”, afirmó la estudiante.
Sobre el futuro de la aplicación, manifestó su deseo de seguir perfeccionándola y expandirla a otras materias de la carrera de Derecho. “Me gustaría que no quedara solo en esta materia. Creo que es una herramienta útil para todas las asignaturas y para que los estudiantes cuenten con un recurso accesible que complemente su formación“, expresó Cattáneo.
Finalmente, destacó la importancia de que la Facultad continúe fomentando este tipo de iniciativas que combinan el derecho con las nuevas tecnologías. “Sería interesante que otras materias también incluyeran contenidos sobre tecnologías emergentes, porque es con lo que nos vamos a encontrar en el ejercicio profesional”, concluyó.
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