A fines de 2022, el Concejo Deliberante de Mar del Plata aprobó un proyecto urbanístico que permitía la construcción de un complejo de edificios de hasta 12 metros de altura en el balneario La Reserva, situado en el Paseo Costanero Sur.
Esta autorización, que fue cuestionada por el Colegio de Arquitectos de Buenos Aires, terminó habilitando el emplazamiento de distintas construcciones sobre la línea de la ribera, muchas de ellas calificadas como excesivas e inviables, por no contar con los controles pertinentes y violar los límites urbanísticos.
Para conocer cuál es la situación actual con respecto a la construcción edilicia en La Reserva y la posición del Colegio de Arquitectos frente a este tipo de emplazamientos sobre la ribera, desde Portal Universidad conversaron con Diego Domingorena, presidente del Colegio de Arquitectos de Mar del Plata.
Consultado por el estado actual de las obras en La Reserva, Domingorena afirmó que ellas ya se están llevando adelante, e hizo referencia a la normativa vigente: “La ordenanza actual viene a suplir una anterior que estaba vencida desde 2015. Y, en vez de tomar las cuestiones favorables que aquella tenía, la nueva la desestimó y elevó los indicadores de 9 metros de altura a 12 metros. Tampoco tiene en cuenta cómo manejar el tema forestal, ni fija ninguna norma de regulación sobre qué hacer con el arbolado”, manifestó.
La normativa que dio origen a los permisos de construcción en la zona es la Ordenanza N°8434 de 1991, a partir de la cual se convalidó la presencia de privados en la Reserva Forestal Paseo Costanero Sur. Es ella la que establecía la facultad de realizar construcciones de hasta 9 metros, parámetro que se amplió a partir de un pedido del balneario. Dicha ordenanza se fue prorrogando hasta 2011, momento en el que otra – la N°20218 – extendió su vigencia hasta junio de 2015, sin desde entonces volver a prorrogarse.
La preocupación principal gira en torno a la incertidumbre con respecto al impacto ambiental que implica la ejecución de este tipo de construcciones. Al respecto, Domingorena afirmó: “No sabemos si existe informe de impacto ambiental, nosotros de él no lo pudimos hacer. Y lo más irregular es que existen normativas que hablan de que la propiedad privada debe tomarse a partir de los 150 metros de la línea ribera, pero la cuestión es que hace más de 15 años que esta línea no se mide. Así que es una indefinición total sobre qué pertenece a lo público y qué a lo privado”.
“Además de la proyección de sombra, tenemos que hablar de la carga de los servicios, ya que es una zona que no tiene ni agua ni cloaca. Ya se ha demostrado que elevar y hacer construcciones por encima de los médanos termina destruyendo el médano y haciendo desaparecer una importante cantidad de arena”, agregó.
El presidente del Colegio de Arquitectos de Mar del Plata dio dos ejemplos de ciudades balnearias que actuaron positivamente ante este tipo de situaciones, logrando sanear el daño ambiental ocasionado por las construcciones costeras: “En Pinamar una ordenanza mandó demoler todo lo que era construcción en hormigón y mampostería, y hoy su costa posee construcción sustentable, en madera y elevada. Con ello, han recuperado la playa. El otro ejemplo es Villa Gesell, que recuperó el médano anulando la circulación vehicular por la Avenida 1, en la que hoy solo se transita como peatonal”.
¿Qué establece el Código de Ordenamiento Territorial en este caso?
“El lugar donde se están realizando las obras está codificado como una zona de reserva urbana que no tiene indicadores, por ende se los debe fijar el municipio. La herramienta de la excepción es una herramienta legal que está siendo utilizada, para nosotros, de una manera desmedida. Obviamente estamos de acuerdo en que ella tendría que aplicarse cuando hay una cuestión que es favorable para la ciudad y que no está normada, pero para superar las normas establecidas y más con estos casos que estamos cuestionando, me parece que es una norma mal utilizada”, manifestó Domingorena.
La necesidad de planificar la ciudad y el derecho a la misma
Para Domingorena, la clave está en poder lograr una planificación de la ciudad, algo que no se observa en el caso de Mar del Plata: “Nosotros podemos hablar de distintas situaciones en las que se destruye el patrimonio arquitectónico o el ambiental, como es el caso de la reserva, pero la cuestión de fondo es que la ciudad no está siendo planificada. O sea, no está pensada, y en ese contexto ocurren estas irregularidades puntuales que las podemos enumerar”, dijo.
“En esta sintonía, este martes 26 a las 18 horas realizaremos, en el Espacio Cova – ubicado en Deán Funes 2146 – un encuentro llamado “Derecho a la Ciudad”, donde invitamos a organizaciones sociales, al municipio, a la Universidad Nacional de Mar del Plata, a la Defensoría del Pueblo, a las Facultades de Humanidades y Arquitectura, a que expongan sobre lo que entienden por derecho a la ciudad. Nos parece un punto de partida para empezar a pensar entre todos la planificación de Mar del Plata, qué ciudad queremos, qué falencias tenemos y qué herramientas poseemos para poder atenderlas”, agregó.
“Nada bueno puede salir de algo no planificado. Esto es algo que cualquier ser humano entiende, ya en cualquier pequeña acción que haga en su casa, trabajo o profesión. Si vos no planificás, no hay manera de que algo sea virtuoso. Y esto nada tiene que ver con entorpecer el desarrollo ni con el arribo de inversiones, todo lo contrario. Se trata de que tales inversiones y desarrollo sean más virtuosos y beneficiosos para la ciudad”, concluyó.
Fuente: Portal Universidad