Escasa originalidad: El Concejal Julian Bussetti (foto) nos cuesta varios millones de pesos anuales a los vecinos, pero intentó «robar» un proyecto para la realización de una festividad en la ciudad de Mar del Plata.
La Fiesta de la Medialuna Marplatense se llevó a cabo con éxito, dejando en evidencia el intento de plagio por parte de un concejal local.
El pasado fin de semana, la ciudad de Mar del Plata fue testigo de un evento histórico: la primera edición de la Fiesta de la Medialuna Marplatense. Sin embargo, detrás de esta celebración llena de magia y sabor, se esconde una historia de intento de apropiación y lucha por los derechos de los verdaderos ideólogos de la fiesta.
Hace dos años, un grupo de vecinos y gremios se unió para presentar el proyecto de la Fiesta de la Medialuna en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI). Con gran esfuerzo y dedicación, lograron registrar la marca y comenzaron a trabajar en la organización del evento. Sin embargo, su iniciativa no pasó desapercibida para el concejal Julian Bussetti, del PRO marplatense.
El concejal, quien cobra un salario considerable y cuenta con una amplia estructura de asesores, decidió apropiarse indebidamente de la idea y marca registrada por los verdaderos ideólogos de la Fiesta de la Medialuna. A pesar de los registros legales que respaldaban a los vecinos y gremios, Bussetti presentó su propio proyecto y pretendió llevar a cabo la para beneficio político propio.
La actitud soberbia y de indiferencia del concejal generó un fuerte rechazo por parte de los organizadores y creadores de la propuesta. Afirmó que no le importaba el apoyo de los gremios y que él había sido votado por el pueblo, intentando aplastar los derechos y las ideas de aquellos que habían trabajado arduamente en la organización de la fiesta.
Sin embargo, el pasado fin de semana, los verdaderos ideólogos de la Fiesta de la Medialuna demostraron que su intento de apropiación había sido fallido. La fiesta se llevó a cabo con gran éxito en el espacio Provincial Plazoleta Almirante Brown, y contó con la participación de numerosos vecinos y visitantes de la ciudad.
Desde las primeras luces del día, la plazoleta se llenó de vida y color, convirtiéndose en el epicentro de una celebración única. Las ferias artesanales desplegaron una amplia variedad de productos locales, y los puestos gastronómicos ofrecieron las exquisitas medialunas marplatenses, recién salidas del horno y cargadas de sabores tradicionales. Los shows en vivo amenizaron la jornada con música enérgica, interpretada por talentosos artistas locales.
La Fiesta de la Medialuna Marplatense no solo fue un festival gastronómico, sino también un homenaje a la cultura y la identidad de la ciudad. Los verdaderos organizadores demostraron su perseverancia y trabajo en equipo, logrando que la fiesta se convirtiera en un hito histórico que destaca a Mar del Plata como un polo gastronómico.
Este evento deja en claro que los concejales deben respetar los derechos de los ciudadanos y no apropiarse indebidamente de ideas y proyectos que no les pertenecen. La lucha de los verdaderos ideólogos de la Fiesta de la Medialuna ha sido un ejemplo de perseverancia y defensa de los derechos de la comunidad.
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