Frente a la costa de Mar del Plata, el rompehielos Irízar continúa con sus pruebas para la Campaña Antártica

La tripulación del rompehielos ARA Almirante Irízar (RHAI) continuó desarrollando este lunes entrenamientos y pruebas de máquinas en el Mar Argentino, frente a la costa de Mar del Plata, como parte de los preparativos para la Campaña Antártica de Verano 2022/2023.

«Estamos finalizando las pruebas de mar que hacemos anualmente después del alistamiento durante todo un año», indicó a Télam el capitán de corbeta y jefe de máquinas David Villegas.

Hace tres días que el rompehielos realiza en el Mar Argentino, a pocas millas de Mar del Plata, diversas verificaciones técnicas y entrenamientos en el marco de su preparación para la Campaña Antártica de Verano que desarrolla todos los períodos estivales.

«Luego de que el buque llega de la Antártida empieza una serie de mantenimientos y reparaciones para dejar los sistemas en condiciones para afrontar la campaña del año siguiente», explicó Villegas.

Una de las pruebas más importantes es la denominada maniobra «crash-top», que consiste en llevar los cuatro motores del rompehielos a su máxima potencia, a 17 nudos de velocidad, y de un momento a otro frenar y ordenar la marcha atrás de las hélices.

«Esta prueba se hace para ver en qué distancia frena el barco en la peor condición posible, es decir, frenar con máquinas a toda fuerza», detalló el jefe.

En ese sentido, Villegas remarcó que las pruebas antes del viaje a la Antártida «no sólo incluye a los motores principales» sino también a «las calderas, grúas, bodegas y equipos auxiliares».

«Hasta el momento ha salido todo de maravilla», subrayó.

Otra de las operaciones de evaluación realizadas por la tripulación del barco fue la carga y descarga de mercadería a través de helicópteros de la Fuerza Aérea provenientes de la base aeronaval de Mar del Plata.

«Están evaluando cómo es la pericia y la capacidad de los pilotos», expresó el comandante segundo del ARA Almirante Irízar, Guillermo Ortega, sobre la práctica con helicópteros Bell 212 y 412 desarrollada en la popa del barco.

Además de los pilotos, la tripulación que recibe a las aeronaves «pone en práctica lo que ya sabe» en un ejercicio que sirve para «refrescar» los conocimientos de «lanzamiento y recuperación de aeronaves» de cara a la Campaña Antártica, indicó.

«Tienen evaluadores que se fijan cómo colocan la carga. Si los tambores caen fuera de la cama naranja evalúan que tuvieron una falla», resaltó Ortega.

También se programaron un vuelo para el personal del barco en un helicóptero Fennec AS 555; una clase de «perspectiva de género en las Fuerzas Armadas» -dictada por miembros del Ministerio de Defensa-, y una operación nocturna con buzos tácticos de la Armada. (Télam)