
En una tarde marcada por el inesperado y potencialmente catastrófico, los bomberos del Cuartel Central de Mar del Plata se enfrentaron a un incendio que consumía una vivienda en el corazón del macrocentro. El siniestro, que tuvo lugar en una propiedad ubicada en la intersección de Córdoba entre Falucho y Gascón, arroja luz sobre un riesgo latente y preocupante que rodea a las casas vacías en la ciudad costera: una combinación peligrosa de usurpaciones, actividad de personas en situación de calle y posibles incidentes ilícitos.
15 de agosto de 2023. En esta ocasión, la situación no escaló hacia una tragedia, pero el incidente sirve como una llamada de atención ante la vulnerabilidad que presentan muchas propiedades vacías en la zona.
La vivienda en cuestión, que había sido abandonada, se convirtió en el epicentro de las llamas que se desencadenaron este martes por la tarde. Afortunadamente, no se reportaron heridos y las llamas no se propagaron a las residencias vecinas. Sin embargo, este evento debe ser visto como un espejo de los riesgos subyacentes que acechan en una ciudad como Mar del Plata, donde las casas deshabitadas pueden convertirse en trampas mortales.
El fuego, cuya génesis se localizó en la planta alta de la vivienda en cuestión, pone de relieve la necesidad urgente de abordar la problemática de las propiedades abandonadas en áreas densamente pobladas. En este caso, los peritos han entrado en acción para dilucidar las causas que llevaron a la ignición. Una serie de interrogantes rodea al suceso: ¿fue una acción intencional o se debió a una causa fortuita? ¿El estado de abandono propició algún tipo de evento que derivara en el incendio?
La respuesta a estas preguntas podría arrojar luz sobre la necesidad de medidas más sólidas y enfoques multidisciplinarios para enfrentar este problema. La intervención de personal de Defensa Civil, así como la presencia de la empresa Camuzzi y las fuerzas policiales, subraya la complejidad que envuelve tales incidentes. La colaboración entre distintas entidades es crucial para atajar de manera efectiva estos riesgos.
Mientras las llamas eran combatidas, el tránsito por la calle Córdoba se encontraba interrumpido, un recordatorio tangible de la capacidad disruptiva y peligrosa que estos eventos pueden ejercer en la cotidianidad de una ciudad. Este episodio, por fortuna, no escaló hacia un desastre mayor. Sin embargo, su narrativa deja una marca indeleble: la necesidad de atender el problema de las propiedades abandonadas en el macrocentro de Mar del Plata, que se convierten en terreno fértil para usurpaciones, actividades peligrosas y, como en este caso, incendios con potenciales consecuencias devastadoras.
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