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El deterioro del Estadio Minella y la ausencia del clásico Boca-River en Mar del Plata: una tradición perdida.
En los últimos años, la ciudad de Mar del Plata ha experimentado una triste realidad: la ausencia del clásico enfrentamiento entre Boca Juniors y River Plate en el Estadio José María Minella. Esta situación ha dejado al emblemático estadio sumido en un estado de deterioro que resulta imperdonable para cualquier gestión municipal, incluida la del actual intendente Guillermo Montenegro.
Históricamente, el clásico Boca-River en Mar del Plata era uno de los encuentros más esperados durante el verano. Miles de fanáticos de ambos clubes se congregaban en el Estadio Minella para presenciar un espectáculo futbolístico de alto nivel. Sin embargo, en los últimos años, esta tradición se ha perdido, dejando a los aficionados con un sabor amargo.
El último superclásico entre Boca y River jugado en Mar del Plata tuvo lugar el 21 de enero de 2018, en el estadio José María Minella. En ese partido, River Plate venció a Boca Juniors por 1-0, con un gol anotado por Rafael Santos Borré. A partir de los sucesos ocurridos en la final de la Copa Libertadores, los cuales desembocaron en el traslado del partido a la ciudad española de Madrid, se decidió que no se disputaría el superclásico en Mar del Plata durante los siguientes veranos. Si bien estos incidentes fueron una de las razones principales, no son la única causa por la cual el clásico no se juega en la actualidad, incluso en la temporada de verano. La realidad es que el Estado José María Minella está en ruinas.
El Minella, que alguna vez fue un símbolo de la pasión futbolística en Mar del Plata, hoy en día se encuentra en un estado de deterioro increíble. Las instalaciones presentan signos evidentes de falta de mantenimiento, con asientos rotos, áreas desgastadas y una apariencia general de abandono. Este deterioro no solo afecta la imagen del estadio,sino que también compromete su funcionalidad y seguridad para albergar eventos deportivos.
La falta de inversión y compromiso por parte de las autoridades municipales ha sido un factor determinante en el declive del Estadio Minella. A pesar de las reuniones y promesas realizadas en el pasado, como la que tuvo lugar hace un año entre el intendente Guillermo Montenegro y Claudio Chiqui Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), poco se ha hecho para revertir esta situación y devolverle al estadio su esplendor pasado.
La ausencia del clásico Boca-River en Mar del Plata ha dejado un vacío en los corazones de los fanáticos y en la identidad deportiva de la ciudad. Este encuentro era mucho más que un simple partido de fútbol: representaba una tradición arraigada en la cultura futbolística argentina y constituía un atractivo turístico para la ciudad durante la temporada estival. Una verdadera pena.
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